Nuevo estudio redefine la muerte

El proceso de muerte de pacientes en tres países revela que la concepción científica que tenemos del fin de la vida podría estar equivocada.

Recientemente, un equipo de científicos canadienses han observado que es común que, al momento de morir, el corazón se reactive. Unos cuantos latidos marcan la diferencia entre el plano terrenal y el fin de éste. Parece ser, según los resultados de esta investigación, que la muerte no es un proceso lineal.

El estudio se realizó en tres países distintos. Los médicos involucrados se dieron cuenta de que, en ciertos casos, los pacientes podrían recobrar la consciencia incluso después de perder el pulso cardiaco. Según los científicos a cargo, el espacio de tiempo más largo que pasó desde que el corazón se detuvo fue de 4 minutos y 20 segundos.

Segundos antes de cruzar el abismo

Dr. Sonny Dhanani lideró el proyecto de investigación. Como jefe de la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital de Niños del Este de Ontario, en Canadá, se vio interesado por esta brecha frágil entre la consciencia física y la trascendencia. Por esto, decidió investigar qué pasaba “antes de cruzar el abismo“.

En Canadá, tradicionalmente, para que un cadáver pueda donar sus órganos deben de pasar 5 minutos antes de realizar la extracción. Aunque los protocolos varían de un país a otro, es una realidad que debe de haber un espacio de tiempo después de que el pulso pierda registro, según dijo Dhanani en una conferencia de prensa:

“Cuando miramos los hallazgos de este estudio, tenemos mucha confianza en que, en realidad, tenemos la evidencia científica para reafirmar nuestros estándares actuales en la donación de órganos, para esperar 5 minutos”.

Incluso antes de que Dhanani condujera su estudio, la medicina ya consideraba un espacio de tiempo, como beneficio de duda, para que el cuerpo del paciente recuperara el pulso. A partir de sus investigaciones, el panorama en este terreno se amplió considerablemente.

Dhanani y sus colegas centraron el estudio en la muerte circulatoria. Esto se traduce como un paro al corazón, según dijeron al The New England Journal of Medicine. En un segundo término, consideran la muerte cerebral, en tanto que las órdenes de latir vienen del sistema nervioso.

Incluso cuando la muerte cerebral se declara en un paciente, el cuerpo debe de pasar una serie de exámenes para evaluar sus reflejos y respiración. Por esta razón, la muerte circulatoria fue un parámetro de análisis más simple:el corazón de una persona se detiene.

Sin embargo, según las observaciones de Dhanani, es posible que el corazón vuelva a latir. Cuando esto sucede, se desencadena una reanimación cardiopulmonar conocida como “síndrome de Lázaro“: la persona se resucita a sí misma, y vuelve a ser consciente.

Un nuevo acercamiento médico a la muerte

Esta condición, repetida en pacientes adultos de Canadá, República Checa y los Países Bajos, pone en duda los protocolos anteriores de donación de órganos y amplía el campo de estudio con respecto al acercamiento médico a la muerte.

Para el estudio, se consideraron más de 630 familias con pacientes que no tenían más posibilidades para sobrevivir. El equipo de científicos se sorprendió de que muchos de ellos recuperaron la consciencia por sí mismos, a pesar de estar moribundos.

Según los resultados, publicados originalmente en LiveScience, la mayor parte de estos resurgimientos de la actividad cardíaca se dieron entre 1 y 2 minutos después de que el corazón se detuviera. Aunque generalmente sólo duraban un latido del corazón, o menos de 5 segundos, el estudio de Dhanani abre nuevas directrices en la medicina mundial. Pareciera ser que Nietzsche tenía razón al asegurar que “el abismo te devuelve la mirada”.

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