Más de un año después podrían tener síntomas personas con COVID persistente

Aún pacientes con COVID-19 que no acabaron en el hospital siguen enfrentándose a problemas de salud persistentes más de un año después, según datos de un nuevo estudio.

Estas personas con COVID prolongada continúan sufriendo síntomas neurológicos, fatiga y una calidad de vida afectada mucho después de su infección inicial.

“Nos sorprendió la persistencia de los síntomas neurológicos más debilitantes en nuestros pacientes, y la aparición tardía de síntomas que sugieren una disfunción del sistema nervioso autónomo”, comentó el Dr. Igor Koralnik, supervisor de la Clínica de Neuro COVID-19 de Northwestern Medicine, en Chicago.

En el estudio, su equipo exploró el desarrollo de los síntomas neurológicos en pacientes con COVID-19 prolongada no hospitalizados, en la clínica. Ha tratado a 1,400 pacientes con COVID prolongada de todo Estados Unidos.

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En promedio, los pacientes con COVID prolongada seguían teniendo lagunas mentales, entumecimiento/hormigueo, dolor de cabeza, mareo, vista borrosa, tinnitus y fatiga 15 meses tras su infección inicial, encontraron los investigadores.

Cuando evaluaron a sus pacientes de seis a nueve meses después de su primera visita a la clínica, los investigadores encontraron que su frecuencia cardiaca, variación de la presión arterial y síntomas gastrointestinales habían aumentado. Al mismo tiempo, su pérdida de gusto y olfato se redujo.

Otros estudios han arrojado resultados similares.

“Este estudio reciente es novedoso, y reporta el periodo de seguimiento más largo de síntomas neurológicos que afectan a pacientes no hospitalizados que sufren de COVID prolongada de cualquier lugar del mundo”, aseguró Koralnik, jefe de enfermedades neuroinfecciosas y de neurología global.

Este estudio se enfocó en pacientes que fueron evaluados inicialmente entre mayo y noviembre de 2020. Sus síntomas iniciales de COVID fueron leves, y nunca estuvieron hospitalizados por neumonía o unos niveles bajos de oxígeno.

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Los hallazgos son un seguimiento de un estudio de marzo de 2021 del mismo equipo del estudio. En ese estudio, un 85 por ciento de las personas con COVID prolongada tenían cuatro o más síntomas neurológicos que afectaban a su calidad de vida. Algunos también tenían afectados el pensamiento y la memoria.

Los investigadores no encontraron ningún cambio significativo en la frecuencia de la mayoría de los síntomas neurológicos entre la primera cita y las citas de seguimiento.

Esto incluyó a las lagunas mentales, que experimentaban un 81 por ciento inicialmente, y un 71 por ciento en el seguimiento; el entumecimiento y el hormigueo (un 69 frente a un 65 por ciento); el dolor de cabeza (un 67 frente a un 54 por ciento); el mareo (un 50 frente a un 54 por ciento); la vista borrosa (un 34 frente a un 44 por ciento); y, la fatiga (un 87 frente a un 81 por ciento).

En la visita inicial, un 63 por ciento reportaron pérdida del gusto, en comparación con un 27 por ciento en el seguimiento; la pérdida del olfato se redujo de un 58 a un 21 por ciento.

Pero un 56 por ciento tenían variaciones en la frecuencia cardiaca y la presión arterial en el seguimiento, frente a un 35 por ciento inicialmente. Y un 48 por ciento tenían síntomas gastrointestinales, frente a un 27 por ciento al principio, mostraron los hallazgos.

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Aunque alrededor de un 77 por ciento se habían vacunado contra la COVID-19, los investigadores encontraron que esto no afectó a las habilidades de pensamiento y memoria, ni a la fatiga.

“La vacunación no curó los síntomas de COVID prolongada, pero tampoco los empeoró, algo que es un motivo que dan algunas personas con COVID prolongada para no vacunarse”, comentó Koralnik en un comunicado de prensa de Northwestern.

“A medida que surgen nuevas variantes y que el número de pacientes afectados por la COVID prolongada aumenta, ahora enfocamos nuestra investigación en comprender las causas fundamentales de la COVID prolongada. También creamos intervenciones para mejorar la gestión de estos pacientes y encontrar las mejores opciones de tratamiento para ellos”.

Los participantes tenían una edad promedio de 43 años. Casi tres cuartas partes eran mujeres.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 24 de mayo de la revista Annals of Clinical and Translational Neurology.

POR HOLA DOCTOR