Las mutaciones y los procesos bioquímicos son las claves de los nuevos tratamientos

FUENTE EL PAÍS

CHICAGO.- Hace pocos años, lo que definía un cáncer era el lugar donde aparecía y el aspecto de las células implicadas. Así se habla de neoplasia de pulmón de célula pequeña o no, de tumores escamosos o epiteliales. Pero los avances en genómica y un mejor conocimiento de lo que ocurre dentro de las células y entre ellas, unido a los avances tecnológicos para analizar y comparar datos han permitido nuevos y más acertados abordajes. El congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que terminó el martes 7 de junio en Chicago ofreció una buena serie de ejemplos de estas posibilidades.

Número de mutaciones. Ya no se trata solo de ver qué tipo de alteración en el ADN está relacionada con cada tipo de cáncer. Por ejemplo, en el de colon hay varias proteínas implicadas (Kras, Nras, Braf, PI3k), explica Josep Tabernero, del Instituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron (VHIO), que presentaba varios trabajos en el congreso. Pero el pronóstico cambia en función de la proporción de células mutadas que hay en el paciente. No es lo mismo si lo están todas o solo una parte, y de ello depende el tratamiento y la probabilidad de curación o mejoría. Para medirlo hay que secuenciar muchos genomas de la muestra, algo que ahora se puede hacer con las herramientas del Big Data, las que permiten manejar enormes bases de datos. “Se trata de convertir el Big Data en small data [datos al detalle]” describe Tabernero.

Mutaciones compartidas. Si un cáncer ya tiene un tratamiento que depende de la mutación presente, ¿por qué no probarlo si la alteración genómica ocurre en un tumor en otra localización? La idea fue lanzada el año pasado en el congreso de la ASCO, y este se han presentado ya algunos datos. Un estudio que presentó John Hainsworth, del Instituto de Investigación Sarah Cannon, de Nashville, se centró en cuatro de las más conocidas: HER2 (mama), BRAF (melanoma), Hh (basocelular de la piel) y EGFR (un tipo de cáncer de pulmón). Cada uno de ellos tiene un fármaco indicado: trastuzumab (Roche), vemurafenib (Roche), vismodegib (Janssen) y erlotinib (Boehringer Ingelheim) respectivamente. Lo que se hizo fue dar el medicamento a personas con esas mutaciones pero con cánceres diferentes al indicado. En total se probó en 129 personas con 12 tipos de cáncer diferentes, y se vio que había resultados en 29, correspondiente a pacientes con cáncer colorrectal, de vejiga y vías biliares tratados con trastuzumab y un tipo de cáncer de pulmón medicado con vemurafenib. El ensayo sigue en marcha.