Diferencias entre el hambre física y la ansiedad

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Diferencias entre el hambre física y la ansiedad

Por Agencias

Aunque a primera vista pueda parecer fácil y evidente, la verdad es que la mayoría de las personas no son capaces de diferenciar el hambre física de la ansiedad por comer. El hambre es un instinto que tiene el ser humano y que es esencial a la hora de obtener energía para el organismo y para que tanto cuerpo como mente puedan funcionar sin problemas. Por su parte, la ansiedad por comer no busca el nutrir al organismo, sino el suplir diversas emociones o sentimientos de la persona en cuestión. El diferenciar ambos conceptos es clave a la hora de evitar problemas tan actuales y perjudiciales para la salud como es el caso de la diabetes o el sobrepeso o trastornos relacionados con la alimentación como puede ser la bulimia.

Diferencias entre el hambre física y la ansiedad

El hambre física aparece de una manera gradual y es que el organismo necesita energía conforme pasan las horas y va quemando calorías. Para evitar el hambre física es importante hacer comidas ligeras cada poco tiempo. De esta forma el organismo es capaz de reponer la energía que necesita de una manera gradual.Por su parte la ansiedad provoca que la persona tenga hambre a todas horas y muestre por ello unas enormes ansias por comer. Aunque no exista ninguna razón para comer, la persona muestra unas ganas enormes de ingerir alimentos de una manera continua. La ansiedad por comer se suele manifestar sobre todo a última hora del día.

Otra de las grandes diferencias es que cuando se tiene hambre física no se tiene un deseo especial por comer algo en particular ya que lo que se busca es que el organismo reciba energía para poder funcionar durante el día. Por el contrario, una persona que sufre un ataque de ansiedad va a mostrar un interés atroz por alimentos ricos en carbohidratos, olvidando alimentos más saludables tales como la fruta o las verduras. La ansiedad por comer hace que se opte por ingerir alimentos procesados y ricos en azúcares y grasas poco saludables.

Cuando tienes hambre física solo vas a comer la cantidad que el cuerpo necesita para poder rendir. Sin embargo una persona que tiene ansiedad va a comer aunque ya no tenga nada de hambre. La ansiedad obliga a la persona a consumir más alimentos de los que el cuerpo realmente necesita provocando que a largo plazo la persona en cuestión puede llegar a sufrir graves problemas de salud tales como sobrepeso o diabetes.