Cultureando andamos; “Relato de una víctima” (parte 2)

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Cultureando andamos; “Relato de una víctima” (parte 2)
Génesis Amayrani

Hablar de y sobre abusos, es difícil, escribirlos también; es por eso que hay víctimas que hablan hasta décadas después, ahora lo entiendo.

Pospuse esta nota lo más que pude para mí misma, antes que para publicación, dejé de lado el tintero y todo lo que con ello implicaba estas fiestas navideñas pasadas, por no querer pensar en lo que había ido a ver en Casa Teatro Reynosa (CTR); y es que, como les comenté en la anterior nota, cultureando ando, y en la primera parte CTR hablo sobre el terror que vivieron en el psiquiátrico Castañeda, los invito a que vayan a mi anterior nota y entiendan un poquito más de lo que es CTR. 

Cultureando andamos ¡Tercera llamada! (parte 1)

En esta ocasión me llevaron a la ansiedad y el dolor en el corazón, descubrí lo sensible que puedo ser para este tipo de obras, e indiscutiblemente casos. “Ana, relato de una víctima” y es que hablar de abuso infantil, que es lo más cruel que puede hacer el ser humano, o pseudo Humanos, no es algo sencillo. Ana es una niña (quien representa a muchas otras, desgraciadamente) que es abusada por su padre, un maestro ejemplar para el mundo, era la clase de profesor que tenía trato con niñas y adolescentes, quizá, ese utópico y magnífico hombre que todas buscan, pues si bien le dicen -¡Mientes Ana!- le reclama la madre; y es que ¿Cómo creer el abuso de alguien increíble y encantador?, dejemos atrás lo increíble y encantador, ¿Cómo un padre puede abusar de su propia hija? ¡Sangre de su sangre!

Específicamente en esta obra se habló de la pederastia, que es el abuso sexual infantil. Esto es un delito grave y severo que sin lugar a dudas tiene unos efectos graves en el desarrollo psicológico del menor. Definitivamente es una práctica delictiva penada por la ley, catalogándose por Violación. A diferencia de la pedofilia, que se considera un trastorno parafílico, el pederasta es totalmente un delincuente, no un enfermo mental, y como tal debería de condenarse. Desgraciadamente hay mucha impunidad al respecto, y lo más absurdo, es que las mujeres que han defendido a sus hijas e hijos hasta la muerte, de un abuso sexual que vienen sufriendo, las condenadas son ellas, por la defensa, y no el delincuente. Así de asqueroso son muchas veces los sistemas de justicia, no solo en México, en excesivas partes del mundo. 

Hasta el estómago se me revuelve de escuchar mis recuerdos en la Obra de “Ana”, ¿Cuántos infantes están en silencio? Los niños y niñas están aquí para disfrutar su infancia, sus juegos, sus fantasías bonitas, muñecas, carros, canicas, e imaginarse ser super héroes, o grandes chefs, ¡qué se yo! Vivir su etapa, pasar a su etapa adolescente y reencontrarse, no vivir escondidos en sí mismos por ese terror que los adultos les pueden lograr hacer sentir. 

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Por desgracia, según estadísticas, en México, el 90% de las violaciones ocurridas contra niñas, sucede en el entorno familiar y en el interior de los hogares, dos de los espacios donde las pequeñas deberían estar más seguras y protegidas. Se asegura que estos delitos no son denunciados, por miedo, desconfianza en la autoridad, y vergüenza, y aquí voy a hacer un paréntesis porque muchas veces la vergüenza no es de las niñas o niños, ellos no entienden muchas cosas, la vergüenza es de los adultos que se enteraron “¿Qué va a decir la vecina, sutanita, manganita?!” ¡carajo! Poner prioridad a la vergüenza en lugar de la justicia para con tus propios hijos. Y lo más estúpido es tener al delincuente sentado a tu mesa, porque “redención de Dios” (entiéndase el sarcasmo).

Y para rematar, desgraciadamente uno de cada 1000 casos alcanza una condena, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), no nos alcanza con ser encubridores del delito, sino apostarle al delincuente. Es horrible saber que México es el primer país del mundo en abuso sexual de menores, de acuerdo con la institución antes mencionada. 

Las cifras son terribles, frías y dolorosas, pues se asegura que una de cada cuatro niñas sufre algún tipo de abuso sexual en México antes de cumplir 18 años.

Bajo la dirección de Graciela Vergara, “Ana, relato de una víctima”, fue una obra que dejó mucho dolor y apertura de conciencia para aquellos que estuvimos presentes. Este montaje fue dirigido, lidereado y actuado por mujeres, y esto da mucha fortaleza, compromiso y visión para estos espacios, no solo por ser mujeres, sino porque se les está dando voz a temas que no cualquiera se atreve a tocar. 

No es nada fácil hablar de abuso sexual infantil, hay mucho tabú, hay mucha desinformación, hay niñas criando niñas que no saben detectar a tiempo un abuso, y si es así, busquen ayuda, a personas capacitadas, que les puedan brindar la confianza a sus infantes de hablar, y contar qué sucede. 

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¡Por favor! Hablen de sexualidad con sus hijos, entre más temprano mejor, denominen a las cosas por su nombre (a esto me refiero a los órganos sexuales) para que se pierda el morbo y el tabú, de esta manera pueden decirles a ustedes quién les tocó inapropiadamente. Hace días hablaba con una amiga sobre esto, y le comenté “entre más temprano se hable con el infante sobre sexualidad y lo que con ello va, éste pierde el morbo que le siembran afuera, y sabrá diferenciar abusos, incluso comprenderá que todo tiene un tiempo; el sexo no es malo, lo que es malo para el desarrollo del niño y del adolescente, es saltarse su tiempo queriéndose convertir en adulto a toda prisa, ellos van a buscar información, y es mejor que tengan esa plática incómoda (que no debería serlo) con sus padres, a que lo hagan con sus amistades de la misma edad que posiblemente están en la misma ignorancia”. Y a los adultos, si no saben hablar con sus niñas, niños y/o adolescentes, busquen información y ayuda profesional para esto, más vale estar capacitados y no incapacitados ante terrores así. 

Yo quisiera creer que la humanidad es bella en todas sus formas, pero tengo que reconocer, que hay depredadores entre nosotros, vistiéndose de gala y amor para casar a sus presas, y desgraciadamente siempre escogen lo más vulnerable, nuestros pequeños y pequeñas.

Gracias Casa teatro y a todo su staff, por traernos estas bellezas de obras.

Mientras tanto, deseo que ésta y cada publicación de Té de Mujer les permita estar más alerta con sus peques, y con los que tengan cerquita, así quizá podamos ser ese refugio bonito y seguro para ellas y ellos. Que este año 2022 les regale más amor y sobre todo priorizar nuestra salud mental, no dejen atrás la canasta básica: leche, huevos y terapia. 

Sigamos buscando cultura en la región, hagamos de Río Bravo y Reynosa ciudades más grandes y bonitas. Igual que siempre les invito a seguirme en todas mis redes sociales, me encuentran como Amayrani Garza Gall (FacebookTwitterInstagram y Tik Tok) pueden escribirme a ellas, sus dudas, historias, inquietudes, y lo que opinan de cada idea loca que pasa por el alma de esta columnista para dejarlo escrito en redes, mi email tedemujer@gmail.com O si prefieres leer, puede hacerlo en https://tedemujer.blogspot.com/  y/o escucharme en Spotify en los podcasts de Té de Mujer.

Edición por Estrella Luna