Por Marco Antonio Meza-Flores

Teólogo y Psicoterapeuta

La semana pasada hablamos de tres preguntas que me hicieron:
1.    ¿Dónde estás?
2.    ¿En qué momento?
3.    ¿Quién eres?

Contesté ¿Dónde estás? Hoy hablaremos de la segunda pregunta. ¿En qué momento estás? Y otra vez la larga búsqueda. Algunos podrían decir: estoy terminando la carrera, otros haciendo negocios, unos más estoy en uno de los momentos más grandes de mi vida y los pesimistas en uno de los peores momentos que he vivido, pero la respuesta es correcta es AHORA.

Estas hoy, aquí, es decir se complementan el Aquí y el Ahora de la primera pregunta. Creer o querer hacer que los demás nos acepten nos abruma, las necesidades de pertenecer a un grupo nos carcome muchas veces, ¡no, no, no!, no dejes que los demás te digan dónde estar y en qué momento, no dejes que los demás te condiciones para ser aceptado. Si hacen esto, entonces ellos no te aman a ti, aman una imagen que ellos se han creado de ti, pero no a ti.
Deja de pensar que para ser aceptado debes dejar de decir lo que piensas, pero eso no quiere decir que vas a andar por el mundo diciendo todo lo que piensas sin antes PENSARLO, mi poema favorito dice:

“Si por un momento Dios se olvidara que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva PENSARÍA todo lo que digo”.

Pensar es algo activo, no se da por automático, deja de creer que tú y yo pensamos, no, pensar es un ejercicio, sin embargo hay que saber utilizar el pensamiento.

La idea de vivir AHORA es la idea de no perder ningún instante, la gente siempre será bien “opinionada”. La familia señalará lo que debes hacer (que regularmente es lo malo y no lo bueno); los amigos querrán decirte, cómo andar; la pareja qué tienes te dirá, qué cambiar; el sacerdote o el pastor, cómo debes adorar; etcétera, la gente siempre tiene una opinión, a todos mándalos 3 grados cerca de su progenitora, vive AHORA, vive HOY, al máximo, sólo tienes una vida, eso de las vidas pasadas y futuras, no es más que un buen negocio para algunos payasos que quieren tu dinero.

Queremos quedar bien con los demás y quedamos mal con todos, pero y tú, ¿cuándo comenzarás a cuidarte a ti?, le decía a una alumna que se llama Leticia, tu estas siempre cuidando lo que dicen lo demás, qué dirán mis hijos, qué dirá mi esposo, qué dirá mi vecino, por eso vives en un mundo irreal, un mundo al que tú llamas real, pero que si eres cruda contigo y honesta, verás que es una fantasía, pero para poder saber de esto debes ¡abrir los ojos!, dejar tu ego, confiar en ti.

Que insultante resulta creer que vives bien ¡porqué los demás lo dicen! Vivir bien para algunos es tener un auto, una casa, dinero en la cuenta, diversión; pero y la paz, el amor, la felicidad, no confundan felicidad con alegría, amor con enamoramiento, paz con tranquilidad, los primeros son verbos, es decir, acciones, los segundos siempre serán sustantivos, es decir, volátiles.

La siguiente semana terminamos con la última pregunta, mientras tanto respóndete ¿en qué momento estás? Y camina conmigo.