Columna Camina Conmigo

Distrés, ansiedad, depresión, las enfermedades después de la cuarentena

La cuarentena es un momento que ha hecho estragos en muchas de las personas, no sólo de la ciudad, sino en el mundo, pues los brotes de distrés (que es el estrés malo, el que no nos deja avanzar, el que hace que hagamos las cosas incompletas o mal); ansiedad y depresión se van dando en más y más pobladores de todo tipo, color y edad, posiblemente los que menos sufran de esto son los niños, y es obvio, los niños tienen la capacidad de imaginar, crear y creer en lo que hacen, de ahí que un simple palo para un adulto, puede ser para ellos (los niños), una espada, una pistola, un bastón, un serpiente y hasta un carrito o una escoba voladora, es decir, no están limitados a una o dos opciones, sino que se abren a diez o veinte.

Luego viene la ansiedad, ésta se genera por un cuadro no controlado de tensión, distrés e inseguridad, que hace que creamos que “todo está mal”, “que me puedo morir”, o “sáquenme de aquí”. La ansiedad corta las ganas de vivir, pero cuidado, no es como la depresión, la ansiedad nos pide querer morir, pero no querer hacernos daño, la depresión si te pide hacerte daño.

Ya cuando hablamos de un cuadro depresivo hablamos de cosas realmente fuertes, pues la persona no sólo quiere morir, sino que busca la forma de que se haga realidad, ahora, el depresivo tiene ansiedad y distrés; pero el distrésico no tiene depresión, ni el ansioso.

Es probable que los especialistas tengamos mucho trabajo después de esto, y algunos dirán ¡qué bueno! Pero otros, como yo, no creemos que está bien, porque estas causas son severas y muy malas para la salud mental.

Y es que, el Covid-19 nos enseñó todo el mal que padecemos, qué es, no conocernos, no amarnos, no respetarnos, no ser nuestra prioridad; con el virus nos dimos cuenta de cuanta tolerancia tenemos hacia nosotros y los que amamos, de cuánto necesitamos cosas secundarias para no ver la vida que tenemos, y de cómo nos jodemos la vida pensando que todo es miel sobre hojuelas. Además, nos enseñó que no hay “trabajos seguros”, porque las empresas les pueden dar las gracias por su trabajo y ellos se quedan en el limbo.

Las enfermedades que vienen después de la cuarentena no son de lo mejor, pero estarán, porque no hay cuidado de la salud mental ¡a pocos les importa estar bien mentalmente! Con esa idea de “yo puedo superarlo solo”, “es que no necesito ayuda” o la peor “no estoy loco como para ir con el loquero”; ideas retrogradas y mal formadas, porque la visita al terapeuta es algo que te puede servir a estar mejor en todos los ámbitos de tu vida, no sé creo que esto se pondrá un poco feo, enfermo y de lo más jodido.

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Por lo demás camina conmigo, te aseguro que será un camino con salud mental, mucho propósito y lleno de vida. Hasta la próxima.

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