Amar o depender

Por Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicoterapeuta

El título me recuerda a un texto de un psicólogo Italiano llamado Walter Riso; sin embargo, no tiene nada de ver con él. Aunque bueno, hablaré de aquello que a muchos terapeutas de pareja nos hace mucho de ruido “Amar o depender”.
Aunque a algunos no les agrade, hoy día sabemos que el amor (como tal) es una decisión, ¡Sí! Que conlleva sentimientos y emociones es verdad, pero una decisión al fin, que no se logra hasta después de los dos años de convivir con alguien como pareja.

Debemos aclarar que el enamoramiento y el amor son dos cosas muy diferentes. El primero es un proceso químico que genera dopamina, que es un neurotransmisor que nos “dopa”, así es, la dopamina es una sustancia natural parecida, a la cocaína, la morfina o la heroína, pero de manera natural, que se segrega en el momento que olemos a alguien y este alguien nos atrae sexualmente; al mismo tiempo, y debido a que es una “droga” natural, nos crea una patología que se llama esquizofrenia, que es la alucinación de voces, ideas o personas inexistentes.

Si alguna vez tus celos crearon historias macabras en tu cabeza, quiero decirte que eso es precisamente “esquizofrenia”, si por alguna razón tonta, creaste alguna historia en donde tu pareja se “inmiscuye” con alguien y comenzaste a ser “celoso”, y, a parte, creaste tus buenas novelas mentales, entonces caíste en el juego de la patología.

El amor es una decisión razonada en donde decidimos estar con esa persona que a veces no soportamos, que posiblemente ronca en las noches, que tiene un genio de los “mil demonios”, que todo le molesta, y a veces, todo le duele. Sin embargo, lo que nos mantiene amándolo es precisamente aquellas cosas que son magnificas, porque genera paz en mí, me da aliento, me impulsa a ser mejor, me genera seguridad, amor y alegría.

La dependencia sin embargo es la necesidad de estar con alguien porque éste me genera un estado de “bienestar”, aunque sepa que eso no es verdad. Así como se lee, la dependencia es un amor enfermizo al otro. Dependemos porque creemos que no tenemos la capacidad de ser nosotros mismos y entonces pepenamos amor, tiempo, respeto y comunicación.

La idea central de una pareja es la capacidad de amarse sin depender del otro, sin que el otro sea un lastre. Conozco parejas que uno depende del otro de manera enfermiza, y eso hace que la relación se vuelva “un infierno en la tierra”. Depender del otro es patológico o enfermo, no dependemos de nadie más que de nosotros mismos, pero nos cuesta creerlo porque creemos que no valemos lo suficiente.

Por eso, hoy que tienes las ganas de vivir, ve al espejo y comienza a depender de aquel que éste refleja, y a desapegarte de aquel que no eres tú.

Amar o depender se puede entender falsamente, se ama a quien te deja ser libre y confía, se depende de aquel que te fiscaliza tus tiempos, tus espacios y hasta con quién hablas, dónde y por qué.

Atrévete y sé libre; o vive esclavizado a aquella persona que por muchas razones, no te ama.

Por lo pronto Camina conmigo y construyamos un mundo mejor.