Pbro. Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicólogo Clínico
Sal a la calle, pregunta a diez personas ¿qué pasó el 2 de octubre en México? Y desgraciadamente sólo dos o tres de ellas podrán darte una respuesta certera. Lo peor, pregunta en las universidades y muy pocos alumnos saben ¿qué fue lo que paso?
2 de octubre ¿No se olvida? ¡Bah! por desgracia vivimos en un lugar que muchos olvidamos el pasado significativo, el que en realidad hace que haya cambios de fondo y forma, hemos olvidado el pasado y por ende tendemos a repetir la historia, ya lo dijo el filósofo y poeta español Jorge Agustín Nicolás Ruíz de Santayana “Quien olvida su historia, está condenado a repetirla”.
En nuestra ciudad hemos olvidado lo importante; el cuidado de la misma, la honradez, la empatía, el amor a lo nuestro. Vivimos en una ciudad llena de muchos estados, Reynosa, se caracteriza por tener personas de toda la República Mexicana y hasta de otros países, pero parece ser que no nos acostumbramos a vivir en plenitud la ciudad que nos cobija, pues no cuidamos de ella.
El 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas “Tlatelolco”, el suelo se tiñó de rojo; se vivió la matanza más brutal, y al mismo tiempo, más absurda que hasta el día de hoy México ha vivido; el “batallón Olimpia” o “los del guante blanco”, disparaban a todo lo que se moviera que no tuviera en su mano el guante; hombres, mujeres y niños murieron a sangre fría por un gobierno descabellado y perverso. ¡Claro! Todos tienen su propia versión, el ejército, el gobierno, los estudiantes, los medios de comunicación y la sociedad en general… bueno la sociedad que sabe de esto.
Pero ¿qué se ganó? Pues que los jóvenes pudieran manifestarse, que se escuchara su voz, que México adormecido despertara un poco… sí, sólo un poco. Gracias al movimiento del 1968 hubo una apertura a la democracia, pues aunque no se note, hoy día podemos hacer crítica al gobierno, nos podemos manifestar en las calles, podemos decir ¡Basta! Pero… ¿qué nos hace falta?
Tener las agallas de aquellos jóvenes para hacer los cambios, buscar lo que queremos sin violencia, uno de los lemas de aquellos días era “seamos realistas, pidamos lo imposible” y creo que eso nos ha hecho falta “ser realistas”, ahora con “los vientos de cambio” no sé si abrigarme bien, o esperar la brisa que refresque mi rostro, tengo miedo de que estos supuestos “vientos” sean más bien torbellinos que desaten la furia de la naturaleza, espero que pronto me puedan callar la boca y decir “esto es un viento apacible”, sin embargo, hoy 2 de octubre hemos olvidado que la historia que no se aprende, se repite, Carl G. Jung decía “la vida es tan sabia que si no aprendes la lección, te la repite”, y bueno, hace dos años en Iguala Guerrero se desaparecieron por arte de magia 43 estudiantes que hasta la fecha no se sabe qué paso… la historia se repite.
Comenzamos un nuevo gobierno, y comenzamos con balazos, el 2 de octubre comienza gris, esperemos que con los vientos de cambio se torne en blanco y no en rojo el cielo… y el suelo.
Hay mucho por hacer queridos caminantes, mucho por creer, pero sobre todo por crear, es tiempo de accionarnos, de retomar nuestra ciudad, de crear juntos y juntas una esperanza nueva, un Reynosa nuevo, realmente un “viento de cambio”, para que en realidad este 2 de octubre del 2016, no sea la trágica historia de aquel 1968.
Camina conmigo, construyamos juntos.