Bienvenido el inicio de una nueva era
Fernanda Treviño Mendoza chica

La transición democrática que se decretó en Tamaulipas, con el voto ciudadano del pasado 5 de junio, se da después de una larga historia de un sistema hegemónico que construyó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a nivel nacional, pero que en nuestra entidad permanecía tan enraizado, que a lo largo de casi un siglo ejerció su poder en el Estado.

Por décadas fuimos testigos de la forma en que ese sistema mostraba en la superficie que se regia por la democracia “promoviendo” el voto entre sus habitantes, quienes convencida o persuadida por los programas sociales le ofrendaban su voto al partido político que desde la cuna fuera impuesto en el seno de cada familia que se presumiera tamaulipeca.

De esta forma sexenio tras sexenio el cetro de la gubernatura, como si fueran las joyas de la corona, fueron pasando de mano en mano entre los grupos de poder de Matamoros a Victoria, por no dejar, una vez se la prestaron a Tampico y casi como regla se olvidaron de Reynosa.

Seguramente usted amable lector, que lee estas líneas en una gran cantidad de ocasiones se hizo la misma pregunta después de meditar, si siendo Reynosa uno de los municipios más grandes del país, que por muchos años fue tan prospera que los que llegaban ya no se querían ir ¿Por qué ninguno de sus líderes no llegaba a ocupar la máxima posición política?
También muy probablemente vinieron a su mente o escuchó como respuestas ideas tales como que si los grupos, que si la federación, que si la falta de unidad de sus personajes políticos mas importantes, etcétera, etcétera.

Lo cierto es que el voto ciudadano, no corporativo, libre y decidido, no tomó en cuenta todo eso y en la histórica elección del 5 de junio de 2016 decidió que sea un reynosense quien dirija los designios de Tamaulipas del 2016 al 2022.

Sin duda, aunque el Partido Revolucionario Institucional, con todas sus características buenas y malas, tuvo la capacidad de mantenerse como pilar del sistema político mexicano, como bien dice el dicho “no hay mal que dure 100 años, ni pueblo que lo resista”.

Los comicios electorales del pasado 5 de junio (celebrados en la era de la tecnología, el internet, los medios de comunicación digitales y las redes sociales, que llegan a “viralizar” acontecimientos fuera de común) le dieron un revés al sistema político que regía en nuestra entidad, abriendo paso así a la real democracia y a la tan ansiada transición, 16 años después de que esta se llevará a cabo a nivel federal;

La transición democrática, genera credibilidad electoral y posiblemente le de un respiro a la sociedad que decidió salir hacer uso de su derecho fundamental: el voto, con base en que el Partido Acción Nacional postuló a un ciudadano con la experiencia suficiente, capacidad y compromiso, en medio de un panorama de inseguridad que impera a lo largo y ancho del territorio tamaulipeco.

Acción Nacional se aventuró en la difícil tarea de recorrer cada municipio, conquistando la simpatía y la confianza de la sociedad, Reynosa por fin tiene un digno representante, que con el apoyo de su partido y equipo de trabajo, tomó al toro por los cuernos, ganándose a pulso la elección, vistiendo de azul nuestro estado, así como la ciudad que lo vio crecer.

Llegó el cambio y con él renace la esperanza de todos, sin importar partidos, ni colores; pero es es necesario que se presente el apoyo ciudadano para que el triunfo sea de todos.

Bienvenido señor gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y bienvenida la primera Alcaldesa en la historia de nuestro municipio, Maki Ortiz Domínguez, su reto es el reto de toda la ciudadanía y su éxito será la tranquilidad, la paz y el desarrollo de las familias tamaulipecas.

¡Ciao!