Los profesores, la disciplina y los exámenes habituales marcan el éxito del continente, con siete de los 10 primeros puestos

POR EL PAÍS

PEKÍN.- Asia oriental vuelve a liderar la clasificación del informe PISA. En el primer puesto están los alumnos de Singapur (con 556 puntos en ciencias, la materia en la que se centra esta evaluación que también mide las competencias lectoras y matemáticas). Y en el grupo en cabeza Japón (538), Taiwán (532), Vietnam (525) y China (específicamente Hong Kong, Macao, Pekín y Shanghái, con entre 518 y 529 puntos).

En la parte alta de la clasificación están también dos europeas: Estonia (tercer puesto, con 534 puntos) y Finlandia (531), que se mantiene en quinto lugar a pesar de que vuelve a perder puntos. España, -que por primera vez supera la media de la OCDE en comprensión lectora (con 496 puntos), la iguala en ciencias (493) y la roza en matemáticas (con 496) y roza esa media en matemáticas (con 486)-, está en la parte media de la tabla de los 72 países analizados, con exámenes a 535.791 alumnos de 18.541 centros.

“Un profesor chino pasa la mayor parte de la clase enseñando, mientras que en muchos países occidentales los maestros necesitan mucho tiempo para mantener la disciplina de los alumnos. No es extraño, pues, que la eficacia de la enseñanza sea más baja que la nuestra”, ilustra Zhu Xiaohu, investigador del Instituto Internacional de Educación de la Universidad Normal de Shanghái. El profesor, la disciplina y el respeto de la familia.

Este experto lo explica en tres claves: el hecho de que los profesores en esta parte del mundo pasan más tiempo preparando las clases y formándose que los de Occidente, un aprendizaje mucho más enfocado a la realización de exámenes y un sistema que hace hincapié en la disciplina en el aula.

Pero además del sistema educativo, la familia y la sociedad son factores determinantes en estos países y regiones donde el confucianismo ejerce una enorme influencia. En China ningún padre escatimará dinero cuando se trate de la educación de su hijo, y casi todos los niños acuden a actividades extraescolares desde una edad muy temprana. El nivel de exigencia en las clases es alto y la presencia de exámenes continua. Muchas de estas zonas están densamente pobladas, así que la competencia para un puesto en una buena escuela, universidad o trabajo es feroz. Una décima de más o de menos puede diferenciarte entre cientos de personas, y la comunidad educativa se encarga de inculcar este principio a los niños desde pequeños.

La presión a la que están sometidos estos alumnos y el impacto de esta en su desarrollo no las mide el informe PISA. “Los estudiantes simplemente aceptan y hacen lo que les han pedido, sin tiempo a reflexionar sobre ello. Aprenden de forma pasiva y son forzados a estudiar no por interés personal, sino por sacar una buena nota o entrar en una buena escuela. Los chinos son muy buenos pasando exámenes, pero cuando después entran a la Universidad y se les pide creatividad, entonces su rendimiento no es tan bueno como el de los extranjeros”, admite Zhu.

El profesor de Sociología de la Universidad de la Laguna, José Saturnino Martínez, ahonda en esas claves: “En los países asiáticos los resultados educativos son fundamentales para entrar en una buena universidad, y entrar en una buena universidad garantiza el acceso a un buen trabajo de por vida. Las familias y los adolescentes se juegan su futuro en este tipo de exámenes. Tampoco me convence someterlos a tanta presión. Por otro lado, los asiáticos, cuando van a otros países, también sacan buenos resultados educativos, por lo que el mérito solo es parte del sistema educativo, la otra parte está en la presión familiar para estudiar. Nosotros tenemos buenos al Real Madrid o al Barça, que es por lo que presionan nuestras familias, y ellos tienen Samsung”.

“Los países asiáticos no deberían ser un modelo para nosotros”, considera Pilar González, pedagoga y directora general de Innovación en la Consejería de Educación de Castilla y León, una de las regiones con mejores resultados de España. “Estos alumnos pasan un número de horas excesivo estudiando y yo creo que se debe apostar por la exigencia, pero contextualizada. Además, algunos de ellos no contemplan la equidad, intentar que todos los alumnos saquen los mejores resultados posibles”.

Asia vuelve a situarse en cabeza, como en la edición anterior, y como ocurrió también hace una semana con el informe TIMSS a alumnos de primaria. En el top están los países del Este asiático: Singapur, Hong Kong, Corea del Sur; Taipei (Taiwan) y Japón. Las mismas naciones destacan también en ciencias junto con Rusia. España, con mejora sensiblemente sus resultados, sigue por debajo de la media de la OCDE y de la Unión Europea en esta otra evaluación.

“En Corea, cuando hay exámenes finales de secundaria, buscan que los estudiantes los hagan sin ninguna perturbación. Cierran carreteras alrededor de las escuelas y, a veces, incluso los aeropuertos. Eso muestra el valor y la atención que le ponen. No sé cómo es en España, pero en Alemania sería difícil de imaginar algo así”, explicaba entonces a EL PAÍS el director ejecutivo de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, en sus siglas en inglés), el alemán Dirk Hastedt.

Solo algunos de los países en cabeza: Canadá, Estonia, Finlandia, Hong Kong (China), Japón, Macao (China) y Singapur tienen al menos cuatro de cada cinco estudiantes de 15 años por encima del nivel básico de competencias en las tres materias. “Estos países demuestran que hay naciones en casi todos los continentes que pueden conseguir la meta de competencias básicas universales para 2030”, destaca el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, en el prólogo del informe.

La edición de 2015 analiza principalmente la competencia científica. El rendimiento en ciencias se ha mantenido “prácticamente sin cambios” en todos los países con datos comparables, según reseña el informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), “a pesar de la importante evolución de la ciencia y la tecnología durante ese período”. Entre los que sí han mejorado de forma significativa están Colombia, Macao (China), Portugal, Israel, Catar o Rumanía.