El pasado jueves 8 de agosto, hubo una explosión en una base militar al norte de Rusia, en la ciudad de Nionoska, cerca de Severodvink, al norte del país. Este hecho aumentó entre 4 a 16 veces en los niveles de radiación,algo que trae al recuerdo el incidente de Chernóbil.
El sábado, las autoridades rusas informaron que este hecho en una prueba de lanzamiento de misiles afectó a un proyectil de propulsión nuclear. Ante esto, el ministro de Defensa sostuvo que la explosión“un motor a reacción de combustible líquido”, y advirtió que “no hubo emisiones de sustancias nocivas a la atmósfera”.
Los
misiles con propulsión nuclear pueden viajar a distancias mayores que otros
cohetes y a una velocidad muchísimo mayor que supera cualquier tipo de escudo
antimisiles, por lo que sería un arma imposible de detener.