Por Mario Treviño
“Dicen que todos los nunca se llegan y uno nunca sabe cuándo y a las Salas de Lectura, les llegó su hora”
El Programa Nacional Salas de Lectura, crea una capacitación que consta de ocho módulos presenciales que son impartidos por notables: animadores lectores, escritores, amantes de la literatura, que amén de instruirnos, nos transmiten sus experiencias en estos menesteres dónde a veces uno cree estar solo, pero basta conocer el trabajo de los compañeros de Chiapas o Oaxaca, que le leen a los árboles, al viento, a la vida… cuando no hay público.
Esas son verdaderas ganas de compartir la pasión por la lectura y uno que se queja de los tres, tristes, tigres que nos acompañan de vez en cuando, “tsss de veras”.
Acá las peras ya no están a veinte, pero se hace más de lo que se puede y de puro corazón, la Coordinación Estatal del PNSL a cargo del ingeniero Gerardo Lozano, ha tenido el buen tino de unir los esfuerzos de los compañeros de Matamoros y los de la sede Reynosa, una muy buena jugada crear un módulo siete con miembros de ambas sedes donde conocimos a Catalina Vázquez una compañera que llegó al programa con todos sus habitantes, sus recuerdos, a compartimos su México, ese que cada uno vive, tiene y cuando viaja, comparte; Diana San Juan posee la ventaja de escuchar con los ojos y hablar con el corazón; de Nelly Romero bien prudente, bien simpática ¡ah cómo cae bien la gente calladita. El profe Juan Olvera se divierte cantidad, tan agradable, no puedo creer que en algún momento de su vida fuera maestro de matemáticas, simplemente me cuesta trabajo. Con Betty Díaz es otra historia, como dijera el módulo tres o cinco, porque en uno de esos hablamos de la hospitalidad, Betty es un buen ejemplo. Damián González no ha cambiado mucho, sigue en sus esfuerzos, que son muchos y dibuja bien bonito. La maestra Faride Barrios, habla Español/Tampico me recuerda mucho a mi hermana, de Tampico Hermoso oh puerto tropical, Fary me acerca a mi origen. De Anahí y de la maestra Celia admiración y gratitud por abrazar el programa con tanto cariño gracias a su esfuerzo se han mantenido, nos brindaron un público fiel, dónde la semana entrante primero Dios estaremos leyendo. Cesar Aquino Varela, que con su voz, el entusiasmo que manifiesta y lo que escribe su mamá, la tiene hecha, neta. La maestra Mercedes Varela, que generosamente nos comparte de su oficio en cada participación, ya me regaló su libro y me dio permiso de leer tianguis, ¡ya dijo!
Tenía que hablar también de un, capacitador/maestro/instructor, como se diga, que recordara vivamente, Antonio Ramos Revillas, me dio el módulo uno, compartió algunos de sus libros favoritos, autor de Los últimos hijos, las lechuzas, los cazadores de pájaros, mi abuelo el luchador y muchos más, bien buenos, los compañeros coincidimos, nos compartimos como nunca, alimentamos, estrechamos lazos y nunca de los nunca pensamos ver tan próxima la meta, por cierto, de los archivos de mi multiculturalidad, hablando de inclusión y las frases que marcan: “que nunca pruebe licor, que nunca sufra una pena y que nunca se enamore de las mujeres ajenas…. jaja”
Seleste Posadas, la gemela, una Tamaulipeca que es una cuera, Única.
Una mujer que se ha desarrollado a plenitud, gracias a la sabia decisión de sus padres en apoyar las inquietudes artísticas de sus hijas (recordando que son dos) al proporcionales dos educaciones: la convencional y por otro la artística y deportiva, lo cual conlleva a financiar dos escuelas simultáneamente y tener el compromiso de aprender y disfrutar el proceso en ambas, sino, ni pa que el esfuerzo, la verdad. En lo académico, Selene cuenta con una Maestría en Promoción y Desarrollo Cultural por la Universidad Autónoma de
Coahuila y forma parte del equipo de Docentes del Programa Nacional Salas de Lectura en lo artístico ha participado en espectáculos culturales y deportivos, desde los 14 años, cuenta en su haber con interpretación en obras de teatro, medallas por su desempeño en la gimnasia, asistencia a innumerables talleres, foros, capacitaciones y sé que de todo aprendió mucho, ahora, ella, me viene a mostrar otra ruta para llegar a mi camino, para hacerlo mejor, y no solo a mi o a mis compatriotas Tamaulipecos, Seleste anda por toda la república mexicana compartiendo éstos módulos, dándose a cada rato, riéndose a más no poder, con esa capacidad de asombro que nutre, con esa complicidad que une, con el amor de tía, que es más caro que el de madre, este no pega, éste es el amor de dar, y Selene es muy buena tía, joder. Con maromas, tropiezos y tareas, desenfrenada y con brackets, con todo lo que tiene y lo que le falta, porque como decimos por acá, no está completa, le falta su hermana, su otra mitad,
Selene viene multiplicando la fé y la esperanza, la misma con la que sus padres decidieron desarrollarle el espíritu a sus niñas, así con ese mismo amor, hoy Seleste es la maestra y se merece una gran manzana, tipo New York, pero sin gusanos.
De Puro Corazón
Mario Treviño.