4to. PODER

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* “El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente” John Maynard Keynes

Las previsiones económicas más pesimistas elaboradas meses atrás, hoy en día se están convirtiendo en realidad, la devaluación del peso mexicano y las nefastas consecuencias para la economía familiar están ya presentes.

En el último año el peso ha perdido su valor de manera constante y al día de hoy registra una depreciación acumulada de casi 30 por ciento, para la mayor parte de la población esto se traduce en mayor gasto para la adquisición de ciertos productos, por ejemplo computadoras y otros que son tasados en dólares.

Para los sectores sociales y productivos de los municipios fronterizos del estado esta situación genera incertidumbre principalmente para aquellos que tienen necesidad de comprar insumos y artículos del lado norteamericano, porque ven como su poder adquisitivo se reduce, ya que para comprar el mismo volumen de mercancía deben invertir más dinero, lo que trae como consecuencia que incremente el costo de sus precios y servicios lo que reduce sus ventas.

La otra cara de la moneda, está en las personas que importan mercancías, aquellos que ofrecen materias primas y artículos al mercado norteamericano, para ellos el incremento del dólar traerá beneficios pues, precisamente en esa divisa les pagan.

Pese a ello, y contrario a lo que el presidente de la República manifestó, la población tiene una percepción diferente acerca de la devaluación. Vienen a la memoria las devaluaciones de los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid, donde la moneda se devaluó 866 por ciento y 1,443 por ciento respectivamente.

El retroceso de nuestra moneda ante el dólar no parece alarmar a nuestros gobernantes y sí uno se pregunta la causa de esto, puede encontrarse en ciertos indicadores económicos.

El primero es el hecho de que en las lamentables devaluaciones del siglo pasado, el peso se devaluaba frente a todas las monedas y en esta ocasión solo lo hace frente al dólar. Dicha situación es explicada al comparar la cotización del peso frente al yen japonés y el dólar canadiense, divisas ante las que se ha mantenido estable.

Los expertos señalan que el dólar del país de la hoja de maple, ha venido atravesando una situación similar a nuestra moneda, por lo que no se trata entonces de una devaluación del peso, sino una apreciación del dólar estadounidense frente a todas las monedas.

La fortaleza del dólar frente al resto de las monedas se debe a la expectativa del mercado y los analistas por lo que prevén será un inicio del ciclo de alzas de las tazas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED).

Otro dato importante que se destaca, es el hecho de que hasta el momento es que la depreciación de la moneda mexicana no ha tenido un efecto considerable en los precios, manteniendo así mismo las expectativas de inflación en los mismo niveles.

¿Por qué esto es relevante? Porque, una vez más volviendo a la experiencia vivida en los 70´s y 80´s cuando la depreciación desembocó en alza de precios y presión en los salarios y las tasas de interés.

Una de las causas de que la inflación no se haya disparado se debe a que a lo lardo del 2015, se han suscitado una serie de contrapesos que permiten que no se eleve, como es la caída de los precios de las materias primas.

Esta situación no podrá mantenerse mucho tiempo, sobre todo si el peso se mantiene por niveles superiores a los 16 pesos por dólar, lo que hace prever que durante el 2016 los precios al consumidor podrían elevarse entre un 2 y un 4 por ciento.

En este contexto será particularmente grave, que la inflación se manifieste en un año electoral, el cual de por sí luce complicado ya que los recortes presupuestales impactarán precisamente en el siguiente ejercicio.

Un escenario difícil para el partido en el poder, porque si la crisis se extiende y afecta aún más el deteriorado bolsillo de los mexicanos, ese será un argumento de “peso” que el electorado muy seguramente tomará en cuenta a la hora de emitir su voto.

De nada valdrán las explicaciones técnicas, los indicadores, las previsiones numéricas sobre una pronta recuperación, sobre el crecimiento de inversión extranjera si en la economía familiar se enfrentan más y más dificultades.

La tentación de muchos gobiernos, será recurrir a l crédito, a endeudar su municipio o estado, con tal de no disminuir tampoco los apoyos sociales, sin embargo este viejo y manido recurso, tampoco será sencillo si prospera la iniciativa de Ley de Disciplina Financiera de la Entidades Federativas y los Municipios.

La propuesta del Poder Ejecutivo pretende que los gobiernos locales puedan contratar créditos solo con la institución financiera que ofrezca mejores condiciones de mercado y para concretarse se requerirá la aprobación de la mayoría calificada de la Legislatura estatal, d el entidad que busque el financiamiento.

Sin duda es una avance y una buena medida que se establezcan mecanismos de medición y control entre ingresos y egresos, además de obligaciones par ala contratación de deuda, la creación del Registro Público Único de Deuda, así como indicadores para detectar a las localidades según su nivel de deuda, esperemos que se apruebe, primero y posteriormente pueda ser cumplido, para que no sea solo letra muerta como muchas otras leyes.

Será interesante ver si en este contexto de crisis, partidos y clase política, tienen un momento de solidaridad y deciden no ejercer y hacer uso del presupuesto asignado, para que este sea redirigido a programas sociales de forma directa, sin que la tentación del proselitismo les gane.