Un libro que fusiona música y literatura
Por Mario Treviño
Porque las palabras se las lleva el viento y solo el papelito habla y porque a todos nos gusta las cosas por escrito, pero, ¿las leemos? Los Mexicanos tenemos fama de no ser buenos lectores, pero es como todas la famas, habladurías de la gente. Para celebrar una obra que tiene treinta años de haber lanzado la primer edición, el Fondo de Cultura Económica (FCE) trae para el que guste de la crónica imaginaria y el rock mexicano de alta manufactura, “Tiempo Transcurrido”, de Juan Villoro es una excelente oportunidad para disfrutar de un libro, con el plus de una base musical creada para su lectura en voz alta, en un disco compacto, así que si no lee de perdido escuche.
De este encuentro amatorio entre la música y la literatura de Juan Villoro, nacen hits que tienen mucho de sus padres. Basados en la idea original de Chema Arriola y de “Rock & Libros” participan en este rescate oral: Alfonso André en la batería, Javier Calderón en la guitarra, Federico Fong bajo, Diego Herrera guitarra y teclados, esa banda ocupaba un “front man” de talla y estatura como Villoro.
Conocer de viva voz la literatura es una herramienta para acercar a los lectores con los autores, como los hemos conocido y disfrutado a algunos gracias a los audiolibros, si bien la verdad no me dejará mentir, no todos tenemos la facultad de una buena interpretación en voz alta, el autor escribe, el cantante canta, el caminante anda, pero no todos los que andan por ahí tienen el don de la narración oral, de la lectura en voz alta. Juan si lo tiene y lo comparte con sus crónicas que tienen poco de imaginarias, cuesta trabajo creer que eso pasó hace treinta años, que el México de entonces no es muy distante al de ahora, sin proponérselo detiene en el tiempo a personajes y situaciones que con la música suenan cada vez más vigentes, como nuestros buenos recuerdos que no envejecen como las fotografías.
“Tiempo Transcurrido” recibe su nombre gracias a la grabación que escuchábamos los que tuvimos la suerte de hacer una llamada telefónica con una moneda de veinte centavos: “Tiempo transcurrido para continuar deposite sin colgar otra moneda”. Los tiempos han cambiado, ya no nos cae el veinte a muchos, en ocasiones escuchamos la amigable voz decir: “El saldo de tu amigo se ha agotado, te sugerimos adquirir una nueva ficha con tu distribuidor autorizado…” La situación es la misma solo que el tiempo ha transcurrido.
En este regalo nacional en el que participan el FCE, la máxima casa de estudios de todos los mexicanos, la UNAM y el departamento de Difusión Cultural, el museo del Chopo, Rock & Libros, se logró hacer magia. Ahora un libro rectangular se puede leer/escuchar en un disco redondo, se habla mucho de la desaparición del libro como lo conocemos, pero igual se han dicho tantas cosas a las que uno cierra siempre los oídos y mejor abre los ojos y se pone a leer.
Villoro tuvo un momento particularmente significativo cuando su querido maestro José Agustín a quien le agradece la escritura del libro de perfil, pudo acompañarlo durante la grabación del CD – Todo lo que ha hecho en la vida no ha sido sino una manera de darle gracias al maestro Agustín a quien le agradece entro otras muchas cosas ayudarlo a ser feliz.