Sonreír puede mejor tu estado de ánimo

Por Agencias

La risa suele estallar cuando estamos bien, pero también ocurre lo contrario: sonreír puede mejorar nuestro estado de ánimo.

Y es que, a pesar de que nuestro cerebro es un órgano prodigioso, es fácil de engañar: cuando estamos tristes, al poner una sonrisa de oreja a oreja –aunque sea impostada– se convence de lo contrario. Es lo que sostiene la teoría del biofeedback facial, que propone que existe una conexión neuronal entre los músculos faciales y el cerebro.

Investigadores de la Universidad de Georgetown (EE UU) comprobaron, por ejemplo, que al inyectar botox sobre algunos músculos faciales, mejoraba la depresión. Desde entonces, investigan la conexión de la expresión facial con las emociones.

La cara es el espejo del alma… Y al revés: haz la prueba

Para probar el efecto sutil de un gesto sobre el estado emocional es útil realizar este ejercicio.

Primero, triste. Nos situamos frente a un espejo sin hacer nada. Se trata de observarnos y de intentar levantar las cejas por su parte interior durante unos instantes. Debemos sentir el cambio en el estado emocional.

Y después, alegre. Seguimos frente al espejo pero ahora elevamos las cejas por la parte exterior Además, estiramos los labios y llevamos las comisuras labiales hacia atrás. Inflamos los carrillos.

¿Cómo nos sentimos ahora?

La risa aplicada: mejora las relaciones

La emoción representa una respuesta adaptativa y asegura la supervivencia del individuo.

El bebé ya sonríe a su madre a las pocas horas de vida. Del mismo modo que el recién nacido, también los cachorros de otras especies, como un gatito, un perro, un ratón o un caballo, ya son capaces de mostrar emociones, y ello resulta esencial para conectar con sus congéneres.

Sonreír mejora las relaciones sociales, refuerza los vínculos afectivos y la comunicación con las personas queridas, con los amigos, los compañeros, la naturaleza y los animales.

Los niños risueños aprenden más

Los científicos han investigado cómo el humor y la risa impactan en la enseñanza y el aprendizaje y los resultados de numerosos estudios científicos realizados durante los últimos 50 años por los profesores Robert R. Provine y Lee S. Berk no dejan lugar a dudas: los métodos de enseñanza que promueven la risa mejoran el aprendizaje. Lo ha corroborado una reciente revisión de estudios publicada en Advances in Physiology Education.

Reír y sonreír: una medicina natural

La sonrisa mejora nuestro estado de ánimo porque al esbozarla se liberan al cuerpo sustancias responsables de la sensación de bienestar.

Mejora la depresión. Según una reciente revisión de estudios publicada en The Tohoku Journal of Experimental Medicine, la risa puede alterar la producción de la dopamina y la serotonina, hormonas que pueden ayudar en las personas deprimidas. Por eso, concluyen los investigadores, la terapia de risa es un tratamiento alternativo no invasivo y no farmacológico que resulta de gran ayuda para mejorar la depresión.

Aleja la ansiedad y el estrés. El mismo estudio ha confirmado que la risa disminuye los niveles séricos de cortisol, la hormona del estrés. Es bien conocido cómo los niveles de cortisol altos nos mantienen en alerta y contribuyen a empeorar los estados de ansiedad. Una manera de librarse de esa ansiedad a través de la risa consiste en sentarse en una silla con la espalda recta, esbozar una sonrisa y fijar nuestra atención en ella sin hacer nada más. Solo sentir. Y experimentar cómo la sonrisa es una eficaz medicina.

Reír a menudo revierte en positivo sobre toda nuestra salud: mejora el ánimo, favorece la respiración, fortalece el corazón y ayuda a hacer la digestión.

Refuerza el sistema inmune

Cuando la risa es sincera, dicen expertos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), se logra estimular el sistema inmune. Y es que al reírnos de manera instantánea se liberan al torrente sanguíneo linfocitos del bazo y del hígado, citoquinas antiinflamatorias e inmunoglobulinas protectoras.

Los efectos de la risa verdadera son especialmente poderosos porque no podemos falsearla en su totalidad. Por ejemplo, el investigador Duchenne de Bologne descubrió que los músculos que forman los pliegues alrededor de los ojos (orbicularis oculi) solo se utilizan en las sonrisas genuinas.

Ejercita los órganos internos

Con la risa se mueven 400 músculos de la cara, el diafragma, la caja torácica y la pared abdominal. Eso repercute de forma positiva en todo el organismo.

Fortalece el corazón. La risa mejora la circulación y disminuye la tensión arterial, relajando el músculo liso de las paredes musculares.Un sencillo ejercicio: si respiramos profunda y lentamente, a la vez que dejamos aparecer una sonrisa en los labios, equilibramos el sistema nervioso autónomo, lo que mejora el grado de coherencia cardiaca.De hecho, reír influye en nuestra salud cardiovascular casi del mismo modo a como lo hace el ejercicio. Así lo sugiere una investigación realizada recientemente en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda). Lo comprobaron estudiando la respuesta de 72 sujetos a los que se les inducía la risa. Tras recibir terapia de risa, presentaban un aumento de la frecuencia cardiaca similar al que se producía tras realizar ejercicio.

Mejora la respiración. El movimiento del diafragma que induce el reír masajea los pulmones, lo que aumenta la oxigenación.

Favorece la digestión. La risa moviliza el aparato digestivo. Eso combate el estreñimiento y favorece la eliminación de bilis.

La sonrisa relajante: un método para dormir mejor

También se ha estudiado el poder relajante de la risa. Profesionales del Consorci Mar Parc de Barcelona acaban de estudiar cómo la risoterapia consigue mejorar el insomnio en personas con trastornos de la conducta alimentaria, que muchas veces presentan dificultades para dormir debido a la ansiedad. Con este estudio piloto, realizado entre chicos y chicas de entre 14 y 16 años con problemas de conducta alimentaria, se pudo comprobar que tras dos sesiones de risoterapia de dos horas, estos jóvenes percibían menos nivel de estrés y ansiedad. Esta relajación repercutía en una mejora en la conciliación del sueño.

Para potenciar el efecto relajante de la sonrisa e inducir el sueño, podemos realizar un sencillo ejercicio de visualización: Debemos tumbarnos en la cama, cerrar los ojos y sonreír. Se trata de intentar poner una sonrisa en cada célula del cuerpo y observar cómo se ilumina.

Debemos percibir suavemente cómo la sensación energética, la sonrisa de cada célula y su luz, se expanden hacia afuera y sentir cómo esta sensación de vibración se expande hasta llegar al cielo, alcanzar las estrellas y fundirse con el universo.

Reír quita el dolor; sobre todo si reímos junto a otros

Un estudio reciente realizado en conjunto entre la Universidad de Oxford (Reino Unido) y la Universidad de Aalto (Finlandia) sugiere que la risa tiene un efecto analgésico que se multiplica si esta se comparte con otras personas.

Al reír junto a otras personas llegan péptidos opioides a las áreas del cerebro que controlan las emociones. Como resultado se produce una conexión con esos individuos, lo que promueve un mayor bienestar emocional que ejerce un efecto calmante.

El caso del doctor Norman Cousins sirve para entender hasta qué punto la risa puede ser un poderoso analgésico. Tal como explica en su libro Anatomía de una enfermedad (Editorial Kairós), la terapia con risas fue la única que le liberó del dolor que le provocaba la espondilitis anquilosante. Era profesor adjunto en la Universidad de California (EE UU) y se dedicaba a estudiar la bioquímica de las emociones humanas. Decidió experimentar consigo mismo con la risa y eso le cambió la vida: “Diez minutos de risa me dieron 2 horas de sueño sin dolor”, dijo Cousins.