Por Jesús Rivera
Un agricultor del ejido Francisco González Villarreal, del municipio de San Fernando se llevó el susto de su vida al estallar un artefacto explosivo que causó daños considerables al tractor que manejaba.
La Congregación General Francisco González Villarreal cuenta con más de 1,600 habitantes y se localiza a unos 63 kilómetros de la ciudad de San Fernando, cerca de la carretera a Reynosa.
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Los hechos se dieron a conocer por datos escuetos proporcionados por otros agricultores mediante una de las redes sociales.
Apenas unas horas antes, el Gobierno de Tamaulipas emitió un aviso importante dirigido a habitantes de municipios como Reynosa, San Vernando, Valle Hermoso y Río Bravo para que no manipularan o levantaran objetos extraños, ya que muchas veces los delincuentes los dejan abandonados en calles, brechas y solares.
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La advertencia se hizo extensiva para comunidades rurales como El Rincón, Parque Eólico El Cortijo, El Porvenir, Alacranes, Monsiváis, Galo Álvarez, Los Caracoles, Manuel Parreño, El Cedro, El Palmito y Santa Apolonia.
Este es el segundo hecho que se registra en menos de una semana; el primer incidente fue el pasado jueves, luego de que una camioneta de Conagua fuera dañada, presuntamente por la detonación de una mina en una brecha de Río Bravo.
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Dos personas que iban a bordo de la camioneta y eran trabajadores de esta dependencia sufrieron heridas.
MÁS COMÚN DE LO QUE SE CREE
En áreas donde los grupos de la delincuencia organizada se disputan el territorio, es más común de lo que se cree encontrar ese tipo de artefactos explosivos, y los incidentes no se han hecho esperar.
El 15 de agosto del 2017, un campesino que limpiaba un terreno fue internado de emergencia en el Hospital Regional de Zamora, Michoacán luego de que le explotó una granada hechiza de las conocidas como «papas».
En octubre de 2024, un anciano de 76 perdió la vida cuando se bajó de su vehículo para remover unos costales que había sobre un camino rural, rumbo a La Playa de Ponce, municipio de Culiacán, Sinaloa.
