Se agrava la tragedia en Chernóbil

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El gobierno de Ucrania dejó de medir los niveles de radiación en algunas zonas cercanas a la explosión ocurrida hace 30 años; también dejó de entregar alimentos no contaminados y medicamentos a los habitantes de poblaciones aledañas que no fueron desalojadas
FUENTE AGENCIAS
CHERNÓBIL.- Hace 30 años, a las 01:23 del 26 de abril de 1986, un experimento en la central nuclear soviética de Chernóbil se descontroló. El reactor número cuatro explotó provocando el mayor accidente en la historia del uso civil de la energía nuclear.
A raíz de la explosión murieron 31 trabajadores de la central nuclear y bomberos que participaron en las labores de extinción y rescate.
Más de 150 mil personas tuvieron que ser reubicadas y, durante los años siguientes, casi 800 mil ciudadanos de toda la Unión Soviética participaron en las tareas de limpieza.
Muchos de ellos todavía sufren las consecuencias de la contaminación radiactiva.
De hecho, hasta el día de hoy se desconoce el número exacto de fallecidos por el desastre de Chernóbil. Los expertos creen que decenas de miles de casos de muerte son consecuencia del accidente.
Un informe de Greenpeace publicado antes del aniversario cita un estudio bielorruso que estima el número total de muertes por cáncer vinculadas al desastre en 115 mil, frente al cálculo de nueve mil de la Organización Mundial de la Salud.
El estudio de Greenpeace también alertó que las personas que viven en la zona siguen comiendo y bebiendo alimentos con niveles de radiación peligrosamente altos.
En concreto, “la zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor del reactor de Chernóbil continúa estando altamente contaminada y no es apta para vivir allí”.
Además, el informe dice que los niños de áreas contaminadas como Zalyshany tienen una capacidad respiratoria muy inferior a la normal.
Otro estudio financiado por la Unión Europea señala que se detectaron problemas cardiovasculares en 81% de los niños de la zona.

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Viven entre la radiación
A 30 años de la catástrofe, casi nadie habla aún de Chernóbil en Ucrania, actualmente un país independiente.
Además, la atención y los recursos en Ucrania están más centrados en la guerra en el este del país y en la anexión de la península de Crimea por parte de la vecina Rusia, en marzo de 2014.
Por ello, el gobierno suspendió los almuerzos de 350 mil niños en las escuelas el año pasado, que eran el único alimento no contaminado disponible en Zalyshany, un pueblo cercano a Chernóbil que no recibió tanta radiación como para que sus habitantes fueran obligados a ser reubicados.
Las familias de la zona consumen leche y cultivos de una tierra todavía contaminada.
El Instituto de Radiología Agraria de Ucrania dice que los controles más recientes en esa zona indican que los niveles de radiación de las nueces, hongos y frutos secos silvestres son de dos a cinco veces más altos que lo que se considera seguro.
Además, el gobierno también suspendió un programa por el que se suministraba a los campesinos ferocin, una sustancia que aceleraba la eliminación del isótopo cesio 137.
Olvidan a los “liquidadores”
KIEV.– Ucrania recuerda hoy el peor accidente nuclear de la historia, la explosión en el reactor número 4 de la central de Chernóbil, a 120 kilómetros de Kiev, que liberó a la atmósfera más de 50 millones de curies de radiación y contaminó vastas zonas de este país, de Bielorrusia y de Rusia.
Las conmemoraciones de este 30 aniversario vienen precedidas por las protestas de los llamados “liquidadores”, aquellos cientos de miles de personas que participaron en las labores de extinción de las consecuencias de la catástrofe al precio de sus vidas o de su salud.
El pasado 17 de marzo, la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) adoptó una ley que devolvía a varias categorías de “liquidadores” y veteranos algunos beneficios sociales que habían sido eliminados en 2011, como tratamientos médicos gratuitos o compensaciones.
También se contemplaban indemnizaciones para los familiares de algunos “liquidadores” fallecidos, según su grado de relación con el accidente.
Sin embargo, la ley fue vetada por el presidente Petro Poroshenko, que la devolvió a la Cámara con una lista de enmiendas para su estudio.
“Los cambios supondrán gastos adicionales para el presupuesto de Ucrania y, según los cálculos del Ministerio de Finanzas, la aplicación de la ley supondría un desembolso anual” inasumible para el presupuesto nacional, explicó el Presidente.
Varios días después, el 23 de marzo, miles de miembros de organizaciones ucranianas de “liquidadores” se manifestaron en el centro de Kiev para exigir al gobierno que les devolviera las ayudas.