Se acaba el tiempo para ver vida extraterrestre en la Vía Láctea

Las posibilidades de que exista vida extraterrestre en nuestra galaxia se están volviendo cada vez más escasas.

Esa es una de las conclusiones a las que han llegado un grupo de investigadores de Australia que usaron modelos de computadora para observar la probabilidad de que los planetas en nuestra galaxia desarrollen “tectónica de placas”, algo que puede ayudar con la evolución de la vida.

“La tectónica de placas es importante para la habitabilidad, y parece que las condiciones óptimas para la tectónica de placas existieron para los planetas que se formaron temprano en la vida útil de la galaxia, y es poco probable que se repitan fácilmente”, dijo el profesor Craig O’Neill, de la Universidad Macquarie, en una presentación virtual durante la conferencia de geoquímica Goldschmidt.

Para las personas comunes y corrientes, puede no ser obvio cómo los movimientos de las placas gigantes a la altura de la corteza de un planeta ayuden a fomentar la vida. O’Neill dice que la tectónica de placas en la Tierra actúa como una especie de termostato para nuestro planeta y que los mundos que no han desarrollado la tectónica de placas también pueden carecer de las condiciones para que la vida evolucione.

“Esto no solo afecta la temperatura de la superficie; significa que el núcleo se mantiene caliente, lo que a su vez inhibe el desarrollo de un campo magnético. Si no hay campo magnético, el planeta no está protegido de la radiación solar y tenderá a perder su atmósfera. Es de ese modo que la vida se vuelve difícil de mantener. Un planeta necesita ser afortunado para tener la posición correcta y la geoquímica correcta en el momento correcto si va a sustentar la vida”.

O’Neill reiteró que tal suerte se está acabando en nuestro rincón del cosmos. “Así que los planetas que se formaron antes lo hicieron en condiciones favorables para permitir el desarrollo de la vida … Estas condiciones se están volviendo cada vez más raras en nuestra galaxia”.

Esto significa que, si un planeta no ha desarrollado alguna geología dinámica por ahora, puede ser demasiado tarde.

Esto no significa necesariamente que estaremos solos en el universo para siempre porque los planetas más jóvenes pueden ser menos propensos a albergar vida. Si ser un mundo más antiguo realmente es un requisito previo para que la vida evolucione, eso significa que la mayoría de los planetas potencialmente habitables también son aquellos que han tenido una buena dosis de otro requisito previo para que se desarrolle una vida compleja: el tiempo.

Es difícil extrapolar mucho de este hallazgo, que se basa en modelos informáticos de la composición química del cosmos durante eones. Sin embargo, sí sugiere un universo que se está volviendo más árido.

O, visto de otra manera, es probable que el nuestro sea un universo que apenas está empezando a madurar.