Regiones sin cobertura les da vida los nanosatélites

En el planeta hay grandes extensiones que siguen sin señal celular: unos mil millones de personas aún no tienen acceso a las comunicaciones digitales, lo que representan una gran desventaja con el resto del mundo.

Pero los servicios de telefonía móvil de bajo costo a través de tecnología espacial están en camino a ser una realidad a través de una flota de nanosatélites con capacidad de retransmitir señales de voz y texto.

“La gente estaba pensando en usar nanosatélites para obtener imágenes de la Tierra, pero nadie había pensado en utilizarlos para las comunicaciones de voz o de texto”, dice Meir Moalem, director ejecutivo de Sky and Space Global (SAS).

“Nosotros fuimos los primeros”, apunta.

SAS tiene el objetivo de ofrecer conexiones de telefonía móvil a través de una constelación de 200 satélites que tienen el tamaño de una caja de zapatos y el un peso de 10 kilogramos.

La flota será puesta en órbita en 2020 y proporcionará servicios de texto, voz y transferencia de datos a las regiones ecuatoriales de la Tierra, lo cual cubrirá gran parte de América Latina y África.

Países de esas regiones están entre las más rezagadas en la cobertura de señal celular.

“Los servicios móviles asequibles son fundamentales para el desarrollo económico y social de muchos países en desarrollo”, considera Moalem.

“Nuestra constelación cuesta US$150 millones. Eso es menos que el costo de un solo satélite de telecomunicaciones estándar. Esto es lo que queremos decir cuando hablamos de una tecnología de punta”, dice.

La década de los satélites

SAS es solo una de varias empresas que en la actualidad tienen grandes planes para el espacio.

Tal vez la más ambiciosa es SpaceX, de Elon Musk, la cual tiene el objetivo de instalar una enorme constelación de 4.400 satélites que ofrezca cobertura de internet global.

Tiene planeado utilizar sus propios cohetes Falcon-9 para lanzar su flota y espera tener operativa la red para el año 2024.

OneWeb, otra firma del sector la cual espera instalar 800 satélites para el año 2020, se enfoca en los servicios de banda ancha global.

Google y Samsung también están considerando iniciativas similares.

Con todos estos satélites, la órbita terrestre baja -a una altitud de 2.000 kilómetros- se está convirtiendo en un espacio cada vez más lleno.

Esto podría hacer que los futuros lanzamientos sean más difíciles y peligrosos. Además, hay problemas de financiamiento a resolver.

¿Es costeable?

No todas las flotas de satélites proyectadas van a encontrar inversionistas con los bolsillos suficientemente grandes como para cubrir los gastos.

Pero David Fraser, director de investigación de APP Valores, dice que SAS podría ser “una opción alternativa atractiva” dado el bajo costo de sus satélites.

Vicente Chan, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), cree que la miniaturización y el uso vehículos de lanzamiento de satélites más económicos harán que los nanosatélites sean más viables para ofrecer sus servicios.

Coincide en que tal infraestructura podría llevar comunicaciones móviles a las regiones más pobres del mundo que lo necesitan, ayudando a reducir la brecha digital.

Sin embargo, añade, el enfoque de SAS en los servicios de voz y de texto en lugar de internet de banda ancha sugiere que “la brecha digital será más estrecha, pero no desaparecerá”.

Lanzamientos alternativos

Por otra parte, SAS está utilizando un método no tradicional para poner sus satélites en órbita.

Serán lanzados desde el aire en lotes de 24 nanosatélites a través del avión Virgin Orbit, del empresario Richard Branson.

Se trata de un avión Boeing 747-400 que alcanza una altura de 35.000 pies (10.000 metros) y lleva consigo un cohete llamado LauncherOne, el cual es desechable y usa oxígeno líquido para impulsarse.

Es uno de los mecanismos de lanzamiento desde el aire que están en fase de prueba.

La ventaja de un lanzamiento desde un avión es que el cohete puede ser dirigido exactamente a la ubicación en la que se planea poner en órbita a un satélite.

Virgin espera realizar su primer lanzamiento a finales de este año, mientras que los dispositivos de SAS serían puestos en órbita en 2019.

La brecha en el mercado

SAS ya ha mostrado cómo trabajan sus sistemas de comunicaciones con tres satélites piloto.

Ahora está firmando acuerdos con socios en África y América Latina, incluyendo uno de los mayores proveedores de comunicaciones satelitales en el continente americano, Grupo Globalsat.

El presidente ejecutivo de Globalsat, Alberto Palacios, dice que hasta ahora solo los clientes de su empresa en los sectores del gobierno, minería, energía, fianzas y defensa pueden pagar los costos de las llamadas telefónicas por satélite tradicionales.

Por eso cree que los nanosatélites son una tecnología revolucionaria.

“Algunos clientes que invierten varios cientos de dólares en el hardware de una terminal telefónica por satélite pagan US$50 al mes por el servicio. Pero si se puede ofrecer una solución para reducir a la mitad el precio, entonces es comparable con los costos de teléfonos móviles convencionales”, explica.

SAS dice que ocupará el hueco que hay en el mercado de comunicaciones por satélite, con operadores satelitales como Iridium, Inmarsat y Globalstar y redes móviles terrestres como Vodafone, Telefónica, Airtel y Safaricom.

“Tendemos a olvidar que en muchas partes del mundo la gente no está preocupada por el internet de alta velocidad, sino que quieren hacer simples llamadas telefónicas, enviar mensajes de texto o transferir dinero. Es una necesidad básica”, dice.

Ese es el segmento que quiere ocupar SAS, aunque la firma reconoce que esta es una carrera que está por empezar.

“Damos la bienvenida a la competencia. Significa que somos un buen negocio y hay dinero en juego. Hay espacio para otras empresas, pero vamos a tener la ventaja del primer movimiento”.

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