Reforma de Trump cede ante el legado de Obama

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Por AFP, DPA, EFE, AP Y REUTERS

Washington. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió ayer su derrota en su intento por acabar con la ley sanitaria de su predecesor, Barack Obama, ya que se vio forzado a retirarla del Congreso por falta de votos.

El mandatario estadunidense se mostró abierto a trabajar con los demócratas para sacar adelante un nuevo plan de salud si Obamacare fracasa.

“Cuando explote, que será pronto, (los demócratas) se reunirán con nosotros y tendremos una verdadera ley de salud”, dijo Trump en el Despacho Oval tras no poder cumplir una de sus principales promesas electorales.

El Presidente está convencido de que las primas de los seguros médicos bajo Obamacare alcanzarán precios desorbitados, lo que llevará a los estadunidenses a darse cuenta de que es necesario otra reforma sanitaria.

La Cámara de Representantes había acordado iniciar el debate y votación de la propuesta de la Casa Blanca por la tarde, pero, minutos antes de la hora prevista, líderes partidarios informaron que el texto había sido retirado de agenda.

El Presidente culpó a los demócratas del fracaso del plan republicano para reemplazar el Obamacare.

“Estuvimos muy cerca, era un margen muy estrecho. No teníamos apoyo de los demócratas, no teníamos votos de los demócratas”, dijo Trump.

En medio de una caótica lucha por los votos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien fue promotor del proyecto, se reunió con Trump en la Casa Blanca antes de que la moción se retirara.

Ryan dijo que recomendó sacar el proyecto de la Cámara porque no tenía los votos para aprobarlo y que Trump estuvo de acuerdo.

“No tenemos los votos suficientes para sustituir esta ley. De forma que sí, tendremos que vivir con Obamacare por ahora”, expresó.

Los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras, pero el problema fue que el liderazgo republicano y la Casa Blanca no lograron convencer ni a los suyos de que apoyaran la legislación.

Sin embargo, la oposición del ala ultra conservadora en la bancada republicana se tornó insuperable, y los visibles esfuerzos de la Casa Blanca para hallar una solución se mostraron insuficientes.

Los demócratas, por su parte, dijeron que los estadunidenses pueden “respirar con alivio”.