Qué es la hidradenitis supurativa en el sexo

De entre todas las afecciones dermatológicas, una de las menos conocidas es la de la hidradenitis supurativa, también llamada ‘hidrosadenitis’. Esta consiste en la formación de pequeñas y dolorosas protoburancias bajo la piel en zonas donde existe más roce, como las axilas, las ingles, los glúteos o los senos, según informa la Clínica Mayo. Tiende a comenzar después de la pubertad y aunque en la mayoría de los casos no comporta gravedad, puede llegar a persistir durante muchos años y acabar empeorando con el tiempo.

Generalmente, comienza con la aparición de una sola protuberancia dolorosa debajo de la piel que persiste durante semanas o incluso meses. Más tarde, se tienden a formar más, emergiendo de los folículos pilosos con muchas glándulas sudoríparas y sebáceas. Lo peor es si se agrava, ya que pueden generarse microtúneles que conectan las protuberancias entre sí por debajo de la piel, lo que acaba provocando heridas que además de ser dolorosas, pueden supurar con mal olor, lo que acabará interfiriendo en la vida cotidiana de quien lo padece.

Los factores de riesgo asociados a esta afección suelen ser el sobrepeso, el estrés, los cambios hormonales, el calor o la humedad. Un dato a tener en cuenta es que afecta en mayor medida a las mujeres, aunque está demostrado que la gravedad de la enfermedad disminuye una vez entran en el período de la menopausia. ¿Qué ocurre cuando esta dolencia interfiere en la vida sexual de las personas, especialmente en la de las mujeres, ya que tiende a darse más en ellas?

En España no hay muchos datos disponibles sobre la incidencia de la hidradenitis supurativa, pero un artículo publicado en la revista ‘Allure’ nos ofrece cifras de estudios que pueden corresponderse con las de nuestro país. Una investigación publicada en ‘The Journal of Clinical Medicine’ informó que, en una escala de un 1 al 10, las mujeres calificaron el impacto que tiene en su vida sexual esta enfermedad con un siete, mientras que los hombres solo con un seis de media. Uno de los puntos más negativos es que al salir uno de los brotes no solo reporta dolor al paciente, sino que también genera un olor muy desagradable que puede llegar a bajar la líbido de forma inmediata.

Otro problema que agrava la situación es que, al ser tan desconocida, puede llegar a confundirse con una enfermedad de transmisión sexual, lo que dificulta aún más su diagnóstico y que el paciente la reconoza. Además, las protuberancias tienden a cicatrizar con el tiempo, por lo que quedan señales visibles en el cuerpo que no son nada bonitas, lo que genera un estigma mayor en quien la sufre.

Consejos

Lo primero, según reconoce la revista ‘Allure’ es prestar más atención a las señales que te manda el cuerpo y, en este sentido, tener una relación más positiva y saludable con el mismo. No solo puedes disfrutar del sexo en compañía, por lo que si tienes hidradenitis y te muestras insegura a la hora de tener relaciones sexuales con otras personas, debes saber que también puedes disfrutar tú sola, quitándole importancia al tabú de la masturbación.

En caso de que tengas pareja y estés nerviosa por cómo reaccionará ante tu problema, lo mejor que puedes hacer es ganar en autoconfianza y no sentir vergüenza por tal problema de salud. “Cuanta más confianza tengas, más probable será que la otra persona empiece a sentirse como un aspecto más de quién eres tú, en lugar de como alguien que te define”, asegura la psicóloga y terapeuta sexual Úrsula Ofman. “Estar cómodas con nuestro cuerpo y saber qué nos excita es clave para disfrutar del sexo con otras personas”, corrobora por su parte Holly Richmond, terapeuta y psicóloga. “Cuando las personas comprenden aquello que les excita tienen más acceso al placer y la conexión con su pareja”.

¿Qué hacer en caso de no disponer de la confianza suficiente con la otra persona como para contárselo? Si tienes marcas visibles de hidradenitis, otro consejo que lanzan las terapeutas es no tener reparos en disfrutar del sexo con ropa. Por ejemplo, si tienes un brote en la zona de los senos, en vez de quedar completamente desnuda para la ocasión prueba a quedarte con el sujetador. Tal vez tu pareja sexual no tiene por qué enterarse ni tú pasar el mal trago de explicárselo. Otro consejo es restarle la mayor importancia posible, de tal modo que si no te muestras preocupada, la otra persona tampoco. “Hablar demasiado pronto del tema puede hacer que te parezca relevante y demasiado tarde puede resultar engañoso”, asegura Ofman. Es decir, no tienes por qúe mencionarlo en la primera cita, pero si surge explícaselo como si no fuera un problema de orden mayor.

POR EL CONFIDENCIAL