Por Mario Treviño
El mensaje es universal: el conocimiento de sí mismo pasa por el descubrimiento de los demás, la emancipación individual pasa por la atención a los otros: amigos o parientes que se encuentran en torno a un objeto, actividad o afición que comparten con gusto.
Después de esperar cinco años, al fin ha comenzado a publicarse en Francia, el país donde vive actualmente el autor cubano, Joel Franz Rosell, la serie Gatito, estrenada por la excelente editorial española Kalandraka en 2012. Francia se había retrasado en la adquisición de los derechos de estos álbumes para niños de 3-5 años, la cual ya ha sido traducida en hasta nueve lenguas… pero la editorial HongFei-Cultures se lanza al ruedo con tal vigor que tras “Gatito y el balón” (marzo), saldrá “Gatito y las vacaciones” (junio) y “Gatito y la nieve” (noviembre), con un timing perfecto, puesto que cada volumen halla así eco en un rasgo dominante del momento del año en que aparece. La acogida crítica ha sido rápida y entusiasta. Entre las notas aparecidas en la prensa electrónica francesa especializada en LIJ, hay una que dice:
“Petit Chat et le ballon” es un álbum preciso y sobre todo pertinente en sus acertados criterios. Desde la tapa me enterneció la expresiva carita de Gatito, sosteniendo inocentemente y con aire algo perdido un balón. El álbum nos relata el nacimiento, frágil al principio pero cada vez más sólido, de la camaradería en torno a un objeto común. Aprecié particularmente la reacción positiva de la madre de Gatito, que sensibiliza a su hijo en la cuestión del respeto de la propiedad ajena. Al incitarlo a buscar al propietario del balón, la madre propicia el encuentro con otras personas y estimula al pequeño a tomar iniciativas y a abrirse a los demás gracias al elemento federativo que es jugar con balón y hacer amigos.Me ha gustado particularmente la forma en que el texto subraya la función materna ya que corresponde exactamente con mi propio concepto de una educación positiva y constructiva.El resto de la historia transcurre fluidamente: la compañía de Pata da a Gatito la confianza para visitar el edificio. Siempre en una atmósfera afable y respetuosa, se va formando una pandilla (algo que solemos ver en álbumes que abordan el tema de la amistad donde el héroe reúne un grupo de amigos), y así se valoriza la idea de compartir, de constituir una comunidad, de construir lazos de amistad a través de un juego colectivo.Yo misma crecí en un edificio y allí, jugando con el hijo de la señora que me cuidaba (la cual vivía en otra ala del edificio), llamábamos a la puerta de un amigo y del amigo de un amigo hasta reunirnos todos en el patio, donde jugábamos a la pelota, andábamos en bicicleta o jugábamos al escondite(…)
En resumen, los temas y la manera de contar la historia me hablan y reaniman recuerdos de infancia. Es un álbum pertinente y realista cuyo otro punto positivo son las ilustraciones con un trazo redondo y naif, delicadamente coloreado, con un grafismo tierno y expresivo, actitudes cautivantes y conmovedoras. Del conjunto se desprende una serenidad que sin dudas genera confianza en el joven lector. El mensaje es universal: el conocimiento de sí mismo pasa por el descubrimiento de los demás, la emancipación individual pasa por la atención a los otros: amigos o parientes que se encuentran en torno a un objeto, actividad o afición que comparten con gusto.”
Esta serie de cuentos narran los descubrimientos del niño pequeño, representado por Gatito de manera que cada historia utiliza un elemento de vida cotidiana tras el cual se destila, con eficacia, un conocimiento de vida. Así en “Gatito y la nieve” el juego de Gatito y Conejita en la nieve permite al pequeño, incluso de nuestros climas, donde no nieva, vivir un comprender lo esencial: la diferencia de color de piel es algo insignificante. De la misma manera, “Gatito y las vacaciones” no aborda superficialmente ese tema, sino que ayuda al niño a comprender y apreciar formas diferentes de recrearse y destaca como mejor la que escoge una familia unida.
Joel Franz Rosell, a quién tuve la suerte de conocer en la Feria Internacional del Libro en La Habana, es un hombre de amplia trayectoria como escritor, de enorme calidad humana, gentil y orgulloso de regresar a la su natal Cuba, para publicar el libro número 30 de su carrera, “Tito y su misteriosa abuela” en la Editorial Gente Nueva, donde le publicaron su primer libro.
Joel Franz escribe para para niños con el corazón.
De puro Corazón