El científico de la ‘Nicolaita’ busca que el producto se quede en nuestro país; le ofertan en el extranjero
FUENTE EXCELSIOR
MORELIA.- En un futuro no muy lejano las carreteras podrían formar parte de los paisajes nocturnos, teniendo luz propia como las estrellas, luego de que un investigador mexicano inventara un cemento fosforescente, el cual se “carga” con los rayos UV.
José Carlos Rubio Ávalos, científico de la Universidad Michoacana, trabaja actualmente en conseguir algunas características adicionales para este cemento emisor de luz, como el de tener aislamiento térmico, aunada a las de la resistencia, menos fragilidad, elasticidad, la emisión de luz, la resistencia al fuego y alta adherencia a sustratos.
Los principales usos para el cemento fosforescente, como los tiene pensados el investigador, no son sólo como adhesivo en construcciones, sino que sea un material amigable con el medio ambiente a partir de generar una alternativa de energía, sin mayor impacto para el entorno, sin costo extra y sin mantenimiento por años, ya que su vida útil podría ser hasta de cien años.
Aplicado en carreteras, edificios, casas, andadores, albercas, malecones y en un sinfín de proyectos, canchas deportivas, excluido por el momento de la minería, ya que necesariamente se requiere una fuente de luz natural o artificial para que por las noches o en la oscuridad, la luminiscencia se haga presente.
Busca evitar fuga del invento
La patente por la investigación de polímeros fotoluminiscentes ya está otorgada a la Universidad Michoacana, en tanto, la patente por el cemento emisor de luz la propiedad intelectual será para un laboratorio privado en el cual colabora el académico y financió esta investigación.
Rubio Ávalos, quien inventó el cemento emisor de luz, busca que los beneficios de comercializarlo y producirlo se quedé en México; sin embargo, ha recibido propuestas de todo el mundo para poner en el mercado su proyecto.
El doctor también es consciente de que para financiar la investigación se necesitan recursos económicos, lo cual pone en la disyuntiva de ser nacionalista o aceptar las propuestas de empresarios de España, India, Australia, Inglaterra, Canadá, EU, de países en América Latina y África.
“Considero que antes que nada soy investigador y científico, mi objetivo siempre ha sido y será que desarrollemos tecnología propia del país para beneficio de México, para atraer divisas, para atraer ingresos; lógicamente, aquí al interior hay algunos interesados. Espero que sea un capital mexicano, y que tenga un beneficio para nuestro país, porque realmente necesitamos el desarrollo de estas tecnologías.”
Pero el objetivo principal es recapitalizarse para poder financiar más investigaciones, aunque José Carlos Rubio admite que está analizando una propuesta hecha por una cementera transnacional con capital de la India.
“Tengo algunos mensajes de la cementera Holding, de la India, es una cementera transnacional, muy importante, y pues al momento estamos a la espera, quiero ver el panorama completo para tomar la decisión más correcta y ver los mecanismos o canales para que esto no se vaya a fugar, sino que se pueda industrializar y comercializar, incluso me han ofertado producirlo en Europa, entonces es como que ‘wow’, pero digo, por qué no lo iniciamos en México, lo fabricamos y lo exportamos como se hace con muchísimas tecnologías, que vienen al revés”.
Asegura sentirse contento por la aceptación que ha tenido su proyecto no sólo en México, por lo que antes de finalizar este año espera que ya esté en el mercado el cemento emisor de luz, aunque el costo sería un poco más elevado que el del cemento convencional, porque también las aplicaciones son muy específicas, pero la idea es que cualquier persona lo pueda comprar en la ferretería de la esquina envasado en sacos.
“Dependiendo de la calidad e intensidad de la luz y duración de la misma, esto variaría entre 750 y mil pesos el metro cuadrado, más o menos es un costo aceptable, el aplanado comercial que ve en las construcciones comerciales anda entre 150 y 200 pesos el metro cuadrado”.