
México.- Bongo se perdió el año pasado en las inmediaciones de la Basílica de Guadalupe, de los 12 perros que la organización Mundo Patitas rescató en esa ocasión tras la peregrinación para visitar a la Virgen de Guadalupe, él sigue esperando una familia.
La fundadora de Mundo Patitas, Norma Huerta, explicó a Notimex que desde hace cinco años acude a las inmediaciones de la Plaza Mariana a rescatar perros que se quedaron como recuerdo de la visita a la virgen morena.
Con una mesa de plástico, una alcancía de papel y bolsas de alimento para perros, la organización recibe a los canes que se quedaron en el abandono, son al menos unos diez voluntarios que se encargan de mantener en orden a los canes en una especie de corral inprovisado para alimentarlos y tenerlos bien hidratados.
Expuso que en realidad muchos de los peregrinos salen caminando o en bicicleta de diversos puntos del país para venir a ver a la virgen, en el camino se les hace fácil alimentar a canes que van encontrando, quienes a su vez ya no se les despegan y caminan hasta la plaza mariana; sin embargo, muchos peregrinos regresan en transporte y ya no tienen cabida en la vida de quienes los trajeron por lo que quedan dando vueltas por las calles de la Villa de Guadalupe.
En entrevista, detalló que de acuerdo con estimaciones de diversas organizaciones y autoridades, fueron abandonados el año pasado en las inmediaciones de la basílica de Guadalupe entre 300 y 500 perros.
Detalló que en 2017 tras la peregrinación rescataron alrededor de 12 perros los cuales ya fueron rehabilitados y adoptados con excepción de Bongo, que sigue esperando una familia desde la peregrinación del año pasado
Este día, dijo, prevén llevarse entre 25 y 30 perros, “siguen siendo muy pocos en comparación de todos los que necesitan ayuda, pero nuestra labor es insuficiente por cuestión de recursos y espacios, pero por lo menos reciben una caricia”.
Mientras recibía un perro que un señor traía amarrado con un mecate, Huerta detalló que las personas de la demarcación ya saben de la presencia de la organización a un costado de la Basílica y colaboran con ellos.
Así, un hombre dedicado al oficio de “viene viene” en la demarcación les lleva a los canes que encuentra en abandono, lo que para la organización representa una valiosa ayuda debido a que esta persona ya conoce a los canes que son vecinos de la demarcación y puede identificar a aquellos que perdieron a sus familias tras la vista a La Guadalupana.
Expuso que una manera de evitar perritos peregrinos en el abandono sería crear consciencia entre quienes acuden a la Basílica para que no alimenten canes en el camino que no piensan adoptar para que formen parte de sus vidas cotidianas. Sin embargo, expuso que no todos son abandonados y una buena parte viene asustada por los fuegos pirotécnicos de las noches previas “se estresan y llegan aquí a este gentío y no necesariamente vienen con los peregrinos, ellos son víctima de la pirotecnia de estas fechas”.
Detalló que no existen cifras puntuales que den cuenta exacta del panorama de abandono animal, sin embargo, estimaciones de organizaciones civiles y autoridades arrojan que podrían ser unos 18 mil perros en la Ciudad de México en situación de calle





