En la Opinión de David Brondo

La supresión de fondos para el Fortaseg en el Presupuesto Federal 2021 ha caído como un balde de agua fría en las espaldas de los gobernadores y de casi 300 alcaldes beneficiados hasta este año con esos recursos para la seguridad.

La decisión parece revelar una cuestión de fondo en la estrategia nacional de seguridad: el gobierno federal ha dejado a su suerte a las policías locales para concentrar la mayoría de los recursos en las fuerzas federales, especialmente en la Guardia Nacional.

El Fortaseg (Subsidio para el Fortalecimiento del Desempeño en Materia de Seguridad Pública) es un fondo federal para apoyar mediante esfuerzos concertados las tareas de estados y municipios en los temas de seguridad.

Se trata de un apoyo relevante. Este año, por ejemplo, benefició a 286 municipios con 3 mil 922 millones de pesos. El subsidio, entre otras cosas, se destina a programas de evaluación y control de confianza, mejora de condiciones laborales de policías, operativos especiales, equipamiento, capacitación, construcción de infraestructura, prevención del delito, bases de datos y centros de atención de llamadas de emergencia.

Para el próximo año se contempla su desaparición. La lógica parece ser una sola: abandonar a las policías municipales y estatales —que se rasquen con sus propias uñas— para centralizar los recursos de seguridad en la Guardia Nacional.

En lugar de aprender de las lecciones del pasado, el gobierno de Morena renuncia a una de las pocas posibilidades de enfrentar de manera exitosa a la delincuencia: el fortalecimiento de las estructuras locales de seguridad.

En el 2014, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, lanzó una estrategia de seguridad en Tamaulipas para dar la batalla a una delincuencia que había rebasado a la Administración del priista Egidio Torre Cantú. El diagnóstico para desarticular a la delincuencia fue claro: crear policías locales fuertes, confiables y con un nuevo perfil: modernas, depuradas, capacitadas, equipadas, eficientes, científicas y con recursos financieros.

Osorio y el gobierno de Enrique Peña Nieto no pudieron con el paquete. La estrategia fue un fracaso total. Los esfuerzos institucionales no pudieron con la contaminación de las corporaciones y se abandonó el barco.

El gobierno de López Obrador parece haber cancelado también la ruta de fortalecer las policías de los estados y los municipios. Mientras elimina el Fortaseg, prevé aumentar en 3 mil 300 millones de pesos el presupuesto a la Guardia Nacional.

La centralización del gasto no sólo golpea a las policías locales.

Gobernadores, secretarios de seguridad y especialistas han alertado que, por ser el Fortaseg una bolsa de recursos etiquetados, se incurre en otro daño: el debilitamiento del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Una tarjeta informativa que circula entre diputados y áreas de seguridad de los estados señala que la desaparición del subsidio “le quitará al SESNSP la posibilidad de marcar directrices a los municipios. Sin Fortaseg, se le quita un elemento central al Secretariado Ejecutivo, lo que significa un golpe a esa institución que es clave en la estrategia de seguridad”.

“El debilitamiento del SESNSP”, dice la información, “se observa también porque el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 prevé que los municipios pudieran compensar la eliminación de Fortaseg con 20 por ciento de los recursos de otro fondo para seguridad, denominado Fortamun, que se reparte de acuerdo con el número de población pero que no obliga a los ayuntamientos ni a los estados a seguir lineamiento o regla alguna de la Federación. No son recursos etiquetados”.

Es decir, municipios o estados podrían gastar los fondos de Fortamun en lo que quisieran, sin restricciones, sin lineamientos y sin un esfuerzo institucional coordinado. Adiós estrategia de seguridad.

La desaparición del Fortaseg le pegará fuerte a los estados del noreste. En Coahuila, por ejemplo, afectará a los municipios de Saltillo, Torreón, Monclova, Ramos Arizpe, Piedras Negras, San Pedro, Matamoros y Acuña. En Tamaulipas toda la franja fronteriza resentirá la eliminación: Reynosa, Matamoros, Río Bravo y Nuevo Laredo. También se verán impactados Victoria, Tampico, Madero, Mante y Altamira, y en Nuevo León 10 municipios sufrirán el golpe del recorte: San Nicolás, Guadalupe, San Pedro, Escobedo, Apodaca, Cadereyta, García, Juárez, Linares y Pesquería.

La última posibilidad de revertir el golpe es la acción legislativa: diputados y senadores están a tiempo de cerrar la puerta que conduce a caminos muy resbaladizos: debilitar instituciones, ningunear a estados y a municipios, centralizar al máximo la seguridad y militarizar al país.

Galerín de Letras

La solicitud presidencial de una consulta popular para enjuiciar a cinco ex presidentes es delirante. En sí misma explica por qué el país se encuentra en una ruta de franco retroceso. Pareciera que no hay ningún interés en las crisis convergentes de salud, economía, seguridad y educación. Lo importante es el calendario electoral, la grilla, el show mediático para los votantes.

Twitter: DBrondo

Opinión de Primera. Gasto y Militarización