
Se les vio caminando en la noche del lunes. Algunos llevaban bebés y niños. La mayoría cargaba bolsos en sus espaldas y, en medio de la oscuridad, una bandera de Honduras también se podía ver avanzando.
Casi todos estaban vestidos con ropa muy ligera y zapatos deportivos. Le espera un camino largo.
Son los cientos de inmigrantes, de diferentes edades, que han salido de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, en la nueva caravana que tiene como objetivo llegar a Estados Unidos.
Su plan es pasar por Guatemala y México, como lo hizo la previa movilización de inmigrantes hondureños y que como ellos dicen huir de la violencia, la pobreza y el desempleo en su país.
El gobierno de Juan Orlando Hernández les ha advertido sobre los riesgos de la travesía y pedido que desistan de sus intenciones de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, donde las autoridades estadounidenses evitarán que pasen.
Así lo ha ordenado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien, desde que llegara la primera caravana, ha prometido desplegar a miles de soldados para reforzar esa zona fronteriza.





