“A las mujeres nos han lavado el cerebro para que odiemos nuestros cuerpos. Es un hecho”. Así de rotundo arranca el mensaje que la actriz británica Emma Thompson, de 62 años, ha pronunciado a su paso por la Berlinale, el festival de cine de Berlín. Con esas palabras, pronunciadas durante una conferencia de prensa, la intérprete provocó los aplausos de todos los asistentes. Pocas horas después, su discurso se haría viral, inundando las redes sociales y generando, también, miles de aplausos virtuales.
Thompson pasaba por el festival de cine berlinés para presentar la película Good Luck to You, Leo Grande, donde interpreta a Nancy, una mujer de 55 años que se ha quedado viuda y que busca establecer conexiones personales y también físicas y sexuales. Durante su charla con los periodistas en la presentación de la misma, habló de lo que suponía exponer en la pantalla el cuerpo de una mujer de 62 años y además si este estaba “sin tratar”, en referencia a que no se había sometido a ningún tratamiento estético, puesto que en un momento del metraje se la ve desnuda frente a un espejo.
“Yo no puedo ponerme así delante de un espejo. Porque si estoy frente a un espejo, me muevo, me pongo algo, me pongo de lado, hago algo. No puedo estar así [parada] porque es horrible”, explicaba la actriz, para después hablar de ese “lavado de cerebro” generalizado. “Todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos: todo está mal con nosotras. Todo está mal y tienes que mostrarse de una determinada forma”, argumentaba la actriz durante la presentación ante los medios. Entonces, la intérprete se puso de pie y siguió con su aplaudido discurso: “Sólo acércate a un espejo sin moverte, quítate la ropa y no te muevas. Acéptate, acéptate y no te juzgues. Es lo más difícil que he tenido que hacer nunca. He hecho algo que nunca he hecho como actriz”.
No es la primera vez que la británica ganadora de dos Oscars (por Howards End y por Sentido y Sensibilidad) carga las tintas contra las exigencias físicas que se les imponen a las mujeres. El pasado mes de enero ya tocó el tema en unas palabras que también tuvieron una amplia repercusión. También al hilo del estreno de esta película y en una charla con The Wrap, habló sobre la cirugía estética.
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“Es algo realmente extraño de hacer”, explicaba hace pocas semanas. “Honestamente, creo que cortarte a ti mismo para ponerlo en otro lugar y evitar que parezca que estás haciendo lo que realmente estás haciendo, que es envejecer, no es natural”. Y se planteaba: “¿Por qué te harías eso a ti mismo? Simplemente no lo entiendo”, para señalar que “envejecer es algo natural” y que ese tipo de retoques constituyen “una forma de psicosis colectiva”. Ella afirmó sin dudas que le resultaba “un gran triunfo” tener “un cuerpo sin retoques”, aunque no fue fácil enfrentarse a un rodaje en el que tenía escenas desnuda. “No creo que pudiera haberlo hecho antes de la edad que tengo”, afirmó. “Y, sin embargo, la edad que tengo lo convierte en un desafío extremo porque no estamos acostumbrados a ver cuerpos sin tratar en la pantalla”, reflexionaba. “Siempre he sido una especie de militante feminista cuando se trata de los cuerpos de las mujeres, de lo que se les ha hecho y lo que se nos dice que debemos esperar de nosotras mismas”, aseguraba la actriz.
Esa postura claramente feminista de la que Thompson habla ha quedado clara en algunas otras ocasiones. Hace casi cinco años ya alzó la voz sobre la presión que en Hollywood suponía la delgadez, explicando que había muchas estrellas que “simplemente no comen” y que ella vivió esa presión en un rodaje a través de una compañera. “Hay muchos niños y niñas, y actrices que son muy, muy delgadas, que tienen 30 años y simplemente no comen. Había una chica maravillosa con la que trabajaba en Retorno a Brideshead y los productores le dijeron: ‘¿Quieres perder algo de peso?’ Era absolutamente exquisita. Les dije: ‘Si le decís eso otra vez, de cualquier modo, abandonaré el rodaje’. Es malo lo que está pasando ahí fuera y está empeorando”.
En 2019, además, Thompson decidió abandonar el rodaje de la película Luck después de que el estudio contratara a John Lasseter para dirigirla. Lasseter, fundador de Pixar, llegó a ser acusado de acoso sexual a algunas de sus empleadas, y Thompson decidió plantarse. Entonces publicó una carta en Los Angeles Times donde expresaba su “incomodidad” y planteaba algunas de sus dudas, explicando que le resultaba “muy extraño” que se contratara “a alguien con el patrón de mala conducta del señor Lasseter. “Si un hombre ha estado tocando a las mujeres de manera inapropiada durante décadas, ¿por qué querría una mujer trabajar para él si la única razón por la que no las está tocando de manera inapropiada ahora es que en su contrato dice que debe comportarse ‘profesionalmente’?”, argumentaba. Y entonces concluía: “Soy consciente de que siglos de licencias sobre los cuerpos de las mujeres, quieran o no, no cambiarán de la noche a la mañana. O en un año. Pero también soy consciente de que si las personas que han hablado en público, como yo, no toman este tipo de postura, es muy poco probable que las cosas cambien al ritmo que se necesita para proteger a la generación de mi hija”.
POR EL PAÍS