Por Excélsior
La alta proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan, llamados “ninis”, plantea un gran desafío para los programas que promueven el emprendimiento juvenil, indicó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con ese organismo, la población que está desvinculada de la escuela y el trabajo, principales formas de inclusión, también está excluida de iniciativas de emprendimiento e innovación social, al no superar la barrera del acercamiento a los diversos programas.
Expuso que las intervenciones que contemplan desarrollo de habilidades socioemocionales para estimular una cultura emprendedora, como la autovaloración, motivación, persistencia y autogestión, tienen pendiente cómo establecer puentes de acceso para estos sectores.
Asimismo, la OIT agregó que enlaces con los servicios sociales son necesarios para quienes experimentan situaciones de riesgo y vulnerabilidad y que puedan acercarse y participar en forma sostenida.
En un estudio sobre el emprendimiento juvenil en América Latina, apuntó que el desafío es mayor en términos de género, pues además de que las mujeres representan la mayor proporción de población “nini”, las iniciativas analizadas en general no cuentan con dispositivos para ampliar su acceso o fomentar su participación.





