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Los tres españoles fallecidos este sábado después de que una avalancha de niveles sorprendiera mientras realizaban esquí de travesía en Fiescheralp, en el cantón suizo de Valais, tenían una amplia experiencia en montaña. Así lo asegura Javier López, amigo personal de uno de ellos y empleado de Freek Guías, la empresa que había organizado la expedición, que se encontraba en su último día de ruta y en la que también resultaron heridas leves dos personas que ya han recibido el alta hospitalaria.

Una de las víctimas mortales, Román Bascuñana, era el guía del grupo. “Tenía mucho bagaje en el mundo de la montaña”, recalca López sobre su compañero. A diferencia de lo que ocurre en muchas ocasiones, no se trataba de un guía desplazado desde España, sino que estaba afincado en Chamonix y frecuentaba la zona en la que ocurrió el accidente, según la versión de su amigo. La trayectoria del monitoraún disponible en la página web de la compañía, incluía más de 30 expediciones en lugares como la cordillera del Himalaya y cursos sobre rescate profesional.

López cuenta lo mismo de los otros dos fallecidos, otro hombre y una mujer. En el caso del varón, que era cliente de su empresa desde hacía tiempo, señala que había acabado recientemente un curso avanzado de tres años en montaña que imparte la empresa. “Era un practicante polivalente”, afirma, al tiempo que enumera varias modalidades de esquí.

La avalancha de nieve se produjo alrededor de las 16.45 del sábado, cuando el grupo, compuesto por cinco personas, descendía hacia el pueblo de Fiesch, donde tenían previsto pasar la útima noche antes de regresar a España, según señala López. La parada ponía fin a una ruta de esquí de montaña de cinco días de duración conocida como Oberland, que incluye el ascenso a varios picos de 4.000 metros y glaciares. La modalidad de esquí que se encontraban practicando, conocida como esquí de travesía o esquí de montaña, se realiza “fuera de las pistas señalizadas”, tal y como apunta el empleado de la empresa.

Tras el alud, dos esquiadores que se encontraban en la zona fueron los primeros en iniciar el rescate y en avisar de lo ocurrido. De acuerdo con la versión de López, todos los integrantes portaban los dispositivos básicos e imprescindibles para el rescate en montaña, entre ellos un detector de víctimas de avalancha (DVA) que emite una señal para localizar la ubicación de las personas sepultadas, aunque subraya que las probabilidades de encontrar supervivientes pasados los primeros 15 minutos tras el accidente descienden de manera drástica.

“Ha sido una fatalidad”, recalca López, quien señala que, a pesar de que se tenga una amplia experiencia en montaña, existe siempre un riesgo. “Para calcular la probabilidad de aludes se toma una muestra de una única ladera, de un punto en concreto, es una aproximación”, explica. El día 29 de marzo  la policía había emitido el día 29 de marzo como consecuencia de las últimas nevadas y el fuerte viento.