Yo creo que todos hemos besado alguna vez a alguien o nos han besado, y este acto de amor y también de seducción, se ha vuelto tan cotidiano que ya no sabemos el motivo de su existencia.
Simplemente estamos con la persona amada (o con quien no gusta o queremos) y sentimos el deseo inminente de darle un beso.
Pues esto no fue así desde el principio de los tiempos, y aquí te daré unos datos muy interesantes de cuándo empezó esta maravillosa conducta.
¿Quién inventó el beso?
Sí, fuimos nosotras, bueno, realmente fueron nuestras antepasadas. Específicamente la mujer de Cromañón (hasta ahorita es lo que se cree, de acuerdo con estudios de Helen Fisher, una fabulosa antropóloga) fue la que comenzó con esta hermosa conducta y era absolutamente erótica, es decir, de contacto.
Pero no iba destinado (de inicio) hacia la pareja, e inicio cuando comenzó a alimentar a sus crías boca a boca, obviamente metía un pedazo de fruta a su boca por ejemplo, lo masticaba y esa digamos, papilla, la pasaba a sus crías como los pájaros.
Y fue así que se creó esa manera de contacto muy íntimo madre e hijo y después comenzó a repetir esta conducta con los machos con los que se apareaba.
La Filematología o sea, la ciencia que estudia el beso (aunque no lo creas existe), ha encontrado registros de esta conducta a nivel social y romántico desde el 2500 a.C.
Pero claro, cuando el amor romántico vino a inundar este planeta, es decir, cuando el matrimonio por conveniencia empezó a ser menos frecuente y ya los tratos eran persona a persona, el beso se convirtió en el asunto más importante.
De hecho, en la época del romanticismo el beso fue el ingrediente absoluto de muchísimas expresiones artísticas.
¿Qué sucede con nosotros cuando nos besamos?
Cuando dos personas ya están ahí, a punto de tocar sus labios y comienza este juego de labios, lengua, acuosidades y demás, el cerebro y cuerpo en general reacciona de una manera impresionante.
Se ha encontrado en mediciones y escaneos cerebrales y del cuerpo que hay:
#1 Erección pilosa (o sea “piel chinita”)
#2 Los sentidos se agudizan, esto quiere decir que escuchas mejor, sientes más y hueles más cuando estas besando, porque en el momento en el que estamos intercambiando la saliva y todo esto, hay una gran percepción de feromonas a través de nuestro aparato vomeronasal.





