Nayib Bukele, presidente de la República del Salvador no le tiembla la mano contra la Mara Salvatrucha 13 y 18, pandillas mafias que tenían doblegado a El Salvador. Pero vamos poniendo en contexto esto.
Fue en 1979 cuando el país centroamericano entró en una guerra civil que enfrentó principalmente la Fuerza Armada de El Salvador contra el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, este enfrentamiento duró doce años, dejando miles de víctimas, y muchos se fueron de refugiados a los Estados Unidos de Norteamérica, ellos ayudaron a El Salvador para acabar la guerra civil.
Los refugiados llegaron a zonas de Estados Unidos que tenían serias carencias sociales y con pandillas urbanas en Los Ángeles California, ahí nacen las Maras, la Mara Salvatrucha 13 y el Barrio 18, que comenzaron siendo aliados. La violencia aumentó, al grado que rompieron alianza y se comenzaron a enfrentar entre ellos, por este motivo fue que el gobierno estadounidense decidiera llevarlos de regreso a El Salvador.
Los que regresan llegan a un país con crisis social, que sirvió para reclutar a más personas; en 1990 y 2000 las maras se expandieron por las calles, dominándolas y haciendo que el país viviera muchos casos de violencia como: Homicidios, violaciones, extorsiones y secuestros. Vivir en El Salvador era un terror, era uno de los países más peligrosos del mundo, ellos vivían de las extorsiones y la venta de drogas, suman unos setenta mil miembros de las maras, que amedrentaban a la población salvadoreña.
El gobierno de Manuel Funes decide hacer tregua con las maras, pero en realidad, duró un par de años; además, más que tregua, era un consentimiento hacia la mafia de las maras, en dónde ellos recibían favores del gobierno a cambio de bajar homicidios y secuestros, cosa que en realidad no pasó, sino se agravó cuando las maras obtuvieron lo que querían.
Con el gobierno de Bukele las medidas contra las maras, y no sólo contra ellos, sino contra cualquier bandido, aún del gobierno, son de cero tolerancias, los discursos del presidente Bukele han sido muy aplastantes en contra a los Derechos Humanos de las maras y los juicios hacia otros países que se quieren meter y critican las formas de gobernar del mandatario no han sido congruentes, Bukele pregunta:
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“¿Dónde estaban los de los Derechos Humanos cuando las maras tenían sometido al pueblo que no delinque? Ayer (en el pasado) El Salvador no aparecía en ninguna noticia, sólo se decía que era uno de los peores países del mundo; y ahora, que hemos controlado a los delincuentes si levantan la voz, si piden que se les de sus derechos, pero a ellos no les importaban los derechos de los ciudadanos”.
Ahora sí, los delincuentes tienen miedo, ese miedo que por décadas les hicieron pasar a las personas que no delinquían, a trabajadores honestos, ahora sí los delincuentes saben que es vivir con la zozobra de ¿Cuándo me tocará a mí? Como muchos salvadoreños vivían día a día al salir a las calles.
Y los argumentos de la oposición son tan absurdos y tan risibles que uno no puede creer que esas personas digan lo que están diciendo, argumentos como: “Le están quitando los sueños a los jóvenes que querían ser mareros”; “Ellos merecen una segunda oportunidad”; “Se están violando los derechos de las maras; etcétera”. No cabe duda que las personas que piensan así, no quieren hacerle un bien a su país, ¿están coludidos con los delincuentes? No lo sé, pero pareciera. Nadie en su sano juicio prefiere a un delincuente que aun doctor, un arquitecto, un psicólogo, una científica, ¡nadie! Es más, alguien dijo que era de importancia social que las maras siguieran existiendo, pues cumplen una función social dentro del país, y claro que la cumplen, robar, matar, extorsionar, violar, cosas delictivas, pero ¿quién quiere delincuentes en su país? ¿Quién quiere (en su sano juicio) que esa función se cumpla? Al menos, yo no.
Me han dicho que yo admiro demasiado a Bukele, y sí, lo hago desde la verdad, mi verdad, en un estado en donde la delincuencia es la que manda, y no hablo de la mafia nada más, sino de los que gobiernan, de los que se supone deberían protegernos, porque hasta eso, los más malos no son lo de la mafia, son los que se suponen deberían protegernos de ellos.
Sí, más Bukeles para América, para que sintamos seguridad en las calles, para que seamos realmente un país libre, un país en donde la paz gobierne, un país en donde no tengamos miedo de salir a las calles y que haya un enfrentamiento a balazos de la delincuencia, no pido mucho, lo que pido es que se haga realidad que la paz se construye entre todos, ¿es mucho pedir?
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Por lo demás camina conmigo. Hasta la próxima.
