Recientemente el presidente Donald Trump nombró nuevo director para el Servicio de Inmigración y Aduanas-ICE, Thomas Homan, quien desde el 2013 estuvo a cargo de las deportaciones en esa misma agencia. Además anunció la contratación de 10 mil nuevos agentes para reforzar, según sus palabras, la protección de la frontera con México.
La población carcelaria en E.U. no para de aumentar; el 1970 tenían 200 mil personas recluidas, quince años después en 1985 subió a 750 mil, para 1999 había aumentado un 250 por ciento llegando a un millón ochocientas mil personas encarceladas, el crecimiento vertiginoso de detenciones a la fecha ha alcanzado records mundiales, contando con cerca de casi dos millones y medio de prisioneros.
El gasto que el gobierno americano destina al sistema penitenciario ocupa un cuarto lugar en su presupuesto en orden de importancia por detrás de lo asignado a la salud, educación y transporte.
La política antiinmigrante de la nueva administración presidencial está en marcha y me mueve la inquietud por los acuerdos existentes, más los que hayan sido pactados en tiempos de precampaña, en Estados Unidos existe un mercado muy próspero alrededor del sistema penitenciario, las grandes empresas privadas dedicadas a dar servicio carcelario al estado y federación, han ido en aumento en los últimos 30 años, a la fecha existen 20 empresas y como en todo sistema capitalista existe el favoritismo y el compadrazgo, así que el país vecino no va a ser la excepción; dos de estas empresas han logrado abarcar el mayor número de contratos hasta convertirse en las corporaciones más grandes y poderosas; Correction Corporation of America-CCA y Geo Group han logrado monopolizar este sistema, estas invierten millones de dólares para ganar la simpatía de funcionarios y políticos, han financiado campañas electorales, con la finalidad de influir en promover políticas públicas, penales y judiciales.
Según datos dados a conocer por: Secrets.Org- Organización dedicada a denunciar y analizar el tráfico de influencias y cabildeo político, advirtió que los dos más grandes partidos políticos estadounidenses recibieron donaciones millonarias de estas empresas en cuestión, para que la reforma migratoria no avance. Nos podríamos preguntar: ¿Con qué fin?
No solo son motivos raciales y discriminatorios, son más los motivos económicos, no en vano las cárceles están llenas en un 80 por ciento de los cuales el sesenta por ciento son Afroamericanos y Latinos, los blancos solo representan un 0.5 % estas penitenciarias requieren un porcentaje de población para que sean funcionales y puedan mantener sus contratos de servicio con los gobiernos para lo cual es necesario tener cubierta una cuota del ochenta por ciento, así realizan acuerdos con las corporaciones policiacas como: ICE Y CBP entre más arrestos hagan mejor, por esa razón se han dado a la tarea de influenciar la legislación de penas más severas y del régimen de libertad condicional, para que las sentencias sean más prolongadas logrando que los presos permanezcan recluidos por un tiempo mayor ocupando un lugar, una cama, requiriendo atención médica, transportación, alimentación, uniformes, etcétera, etcétera, así han logrado hacer todo un atractivo clúster penitenciario, entre más duras sean las leyes de inmigración mayor población y más ganancias para el sistema carcelario privado, la administración de Trump se vislumbra atractiva para este tipo de empresas que hoy por hoy son de las más atractivas para invertir en acciones.
Ciao!