Los hábitos de comida más extraños del mundo

En los distintos rincones del planeta existen platillos de todo tipo, algunos de ellos bien raros y con ingredientes tan extraños que no son aptos para todos los estómagos.

Sándwich de cerebro frito de Estados Unidos

En algunas zonas de Estados Unidos como el valle del río Ohio, este curioso platillo aún se encuentra en el menú: un sándwich de cerebro frito, con restos de sesos habitualmente de cerdo servido acompañado de mostaza y cebollas en vinagre.

Jugo de ojo de oveja de Mongolia

En Mongolia la cura tradicional para el malestar provocado por el alcohol es un vaso lleno de zumo de tomate, vinagre y ojos de ovejas. Afirman que está repleto de de vitaminas.

Si comes Fugu, en Japón, puede que no vivas para contarlo. Fugu es la palabra japonesa que designa al pez globo y al platillo que se hace a partir de su carne. Es mortalmente venenoso debido a su tetrodotoxina, por lo que exige un entrenamiento profesional y una cuidadosa preparación.

Se sirve en crudo, como sashimi y también puede encontrarse asado a la parrilla o en guisos.

Se dice que solamente un ejemplar de este pescado contiene suficiente veneno para matar a 30 personas.

Araña frita de Camboya

Si tienes aracnofobia, este platillo no es para ti. Una de las especialidades de Camboya son tarántulas que suelen cocinarse fritas en aceite de ajo para que queden crujientes por fuera y pegajosas por dentro.

Quien lo ha probado afirma que su sabor es bastante agradable, parecido a una mezcla entre pollo y bacalao.

Patas de gallina de China

Es uno de los platillos estrella del país asiático, que existen tanto en versión fast food como hervidas, marinadas a la barbacoa o servidas en forma de sopa.

Balut de Filipinas, China, Camboya y Vietnam

Uno de los platillos más extraños del mundo y que te a muchos nos quitan el apetito más escalofriante del listado. Un balut es un huevo de pato ya fertilizado con su embrión dentro, que se cuece al igual que un huevo cocido.

Se considera que es un plato afrodisíaco. Se sirve acompañado de cerveza, se vierten granos de sal mientras se come y se añade chili o vinagre. Los huevos se preparan cocidos con los fluidos internos para que el caldo interno sea absorbido antes de ingerir.

Haggis de Escocia

Considerado el plato nacional de Escocia y consumido de forma tradicional en la cena para conmemorar al poeta Burns cada 25 de enero, esta mezcla incluye corazón de oveja, hígado y pulmones, cebolla, avena, especias y caldo, todo ello envuelto en el propio estómago del animal.

Hakarl de Islandia

Son tiburones procedentes de Groenlandia secos, que estando frescos son venenosos. Se fermentan y se descomponen, por lo que paradójicamente son comestibles al pudrirse.

El sabor es fuerte, desagradable, y tiene un regusto parecido al amoníaco, algo que provoca que la mayoría de personas vomiten al probarlo por primera vez. Mucha gente se tapa la nariz. Se sirve generalmente cortado en cubitos de color marrón de uno o dos centímetros y acompañado de un aguardiente típico denominado brennivín

Los islandeses pueden comerlo durante todo el año, y el pescado podrido se almacena, envasado al vacío, en los supermercados normales. El proceso de elaboración es difícil y laborioso. Por su fuerte olor se mete en un hoyo en el piso, alejado de las zonas habitadas y permanece cubierto de piedras durante mes y medio si es verano o tres meses si es invierno. Despué, se seca durante tres o cuatro meses.

POR AGENCIAS