Entender lo significa la trata de personas o comúnmente llamada trata de blancas no debiera ser difícil pero la población no parece tenerlo claro; esto es un delito ya que la víctima no da su consentimiento sobre el abuso del que es objeto, o si en un principio lo dieron por medio de engaños, al descubrirlo deciden que no quiere seguir en la situación que se encuentran. Sin embargo, son obligados a permanecer en el lugar de manera forzada, donde son abusadas o explotadas de alguna forma, lo cual genera ganancias económicas para los traficantes.
La trata de personas va desde trasladar una o varias personas de una entidad a otra, o simplemente un cambio de ciudad, esto con la finalidad de explotación, trabajos forzados bajo excusas, amenazas y condicionamientos que impiden a la persona moverse por su propia decisión y voluntad. Es un problema grave y en México existen más de 20 mil víctimas de este delito.
Según las estadísticas de diversas organizaciones no gubernamentales e incluso de las mismas autoridades, la trata de personas es uno de los delitos más rentables en el mundo, así como el tráfico de armas, drogas y animales, teniendo como objetivo abusar y usar al ser humano, violando todos sus derechos y garantías individuales, convirtiéndolos en esclavos, paradójicamente en la era de la tecnología y la modernidad, donde se supone que gozamos de mayor libertad que cualquier otra generación en la historia de la humanidad.
El hambre de poder en el hombre, la avaricia y seguramente la falta de humanidad, lo lleva a cometer los más aberrantes actos, no conforme con traficar todo tipo de drogas y animales, degradando al mínimo a su misma especie.
Quienes se dedican a esta actividad ilícita, siempre están buscando en los grupos más vulnerables, es decir en mujeres, niños, niñas, indígenas, personas con afecciones mentales y discapacidad física, así como los migrantes, tanto extranjeros como nacionales.
Las personas que son víctimas de trata son obligados a realizar actividades de explotación tales como labores forzadas de agricultura, servicio doméstico, manufactura, construcción, mendicidad, ventas callejeras, prostitución y extracción de órganos.
Aunque normalmente no se le relaciona, este delito también tiene que ver con la pedofilia y el abuso infantil y es algo graves, pues en nuestro país el turismo sexual infantil sigue creciendo, especialmente en áreas turísticas, y en la frontera norte, la gran mayoría de los turistas pederastas provienen de Estados Unidos de América, Canadá y Europa Occidental.
En México la procuración de justicia en materia de trata de personas, se han realizado algunas acciones, pero son tan mínimas, que no cubren los estándares para el combate efectivo contra este delito.
Otro hecho que hace difícil combatir la trata, son los cambios constantes en las formas de operar de los grupos delictivos, muchos de los cuales lo hacen al amparo de la corrupción de autoridades de todos niveles, lo mismo funcionarios públicos encargados de combatir la trata, como los policías del sistema judicial estatal y municipal, además de oficiales de inmigración, muchos de ellos hasta extorsionan a los adultos y menores migrantes, tanto o más como los que se dedican a la prostitución, solicitándoles sobornos y favores sexuales, otros aceptan sobornos de los tratantes, con la falsificación de documentos de las víctimas, facilitando el movimiento de las victimas entre fronteras.
No podemos dejar de señalar que, lamentablemente, el 80 por ciento de las víctimas son mexicanos y solo un 20 por ciento extranjeros.
En México nos pasamos sin ver los protocolos internacionales de combate al delito; tan es así que la Organización de las Naciones Unidas ( ONU ) realizó un estudio en el 2015 donde muestra que existen 20 zonas donde se concentra la mayor incidencia de trata de blancas: Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Tijuana, Mexicali, Tapachula, Puerto Vallarta, Los Cabos, CDMX, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, sin olvidar a Nuevo Laredo y Matamoros en Tamaulipas.
Sin duda como sociedad debemos hacer más para concientizar sobre la problemática, así como exigir a las autoridades que actúen eficazmente para combatir este delito.
¡Ciao!