La adicción a la tecnología no es casualidad, es causalidad

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Por UnoCero

Seguramente alguna vez has escuchado la palabra “hackeo”, que es cuando buscas alguna limitante o falla en el código de algún programa que te permita acceder a él para obtener información o asignarle tareas que tu le ordenes, normalmente creemos que los hackeos solo son posibles en los sistemas y aparatos electrónicos, pero en realidad existe el hackeo cerebral, que usan todas las poderosas compañías tecnológicas para moldear nuestros pensamientos y crearnos una adicción a todos los productos que desarrollan.

Según Tristan Harris, que es exempleado de productos de Google menciona:

“Quieran o no, las empresas de tecnología están moldeando los pensamientos, sentimientos  y acciones de las personas. Ellos están programando a la gente. Existe esta narrativa de que la tecnología es neutral, que depende de nosotros elegir cómo la usamos, pero esto no es verdad. Ellos quieren que usted la use tantas veces como sea posible y por largos períodos de tiempo, porque así es como hacen su dinero”

Harris menciona que las empresas tecnológicas como Facebook, Apple, Google y demás, utilizan la técnica del casino, que es la empleada en las máquinas tragamonedas para que los usuarios jueguen en las máquinas el mayor tiempo posible, haciéndoles ver siempre la posibilidad de que ganarán y ganarán más, aunque en la mayoría de las ocasiones solo están perdiendo su dinero.

En el caso de la tecnología, los dispositivos y aplicaciones están diseñados para sentir la necesidad de revisarlos constantemente, “están diseñados para excitar al cerebro de la misma manera que lo hacen las máquinas tragamonedas”, agregó Harris.

Cada vez que un usuario revisa su teléfono, prácticamente está jugando a las máquinas tragamonedas para ver si ha ganado algo, solo que aquí el dinero ganado se traduce como las notificaciones, email nuevos, seguidores en Twitter, algún me gusta de Facebook o Instagram.

Sentimos la necesidad de que lo que compartimos en redes sociales sea gratificado de alguna manera, esto es lo que hace que los smartphones y las aplicaciones sean atractivos y siempre sintamos la necesidad de tenerlos a nuestro lado. Esto podría traducirse como una forma de secuestrar la mente, o lo que es igual a realizar un hackeo cerebral, un método que es capaz de destruir la capacidad de cualquier persona y mayormente los niños de poder concentrarse en las tareas del hogar y el colegio.

No es extraño ponernos a pensar porque cada vez que sale el nuevo iPhone, el nuevo Galaxy o cualquier otro dispositivo tecnológico sentimos un deseo extraño por tenerlo, aún cuando tengamos un teléfono en muy buen estado y que seguramente no tiene más de un año que salió al mercado.

Es difícil dejar de revisar nuestras redes sociales, de bajar juegos para el teléfono y gastar en microtransacciones varias veces a la semana, todo esto es parte de un sistema bien elaborado a través del cual las empresas ganan millones de dólares al año, y es un negocio que no están dispuestos a dejar bajo ninguna circunstancia.