Un juez de Estados Unidos volvió a denegar por enésima vez la petición de rebajar las condiciones de cautiverio de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, dejando intactas las medidas que lo retienen como prisionero en aislamiento solitario desde su extradición en enero de 2017.
La defensa del capo sinaloense había pedido hace unas semanas que se le permitiera salir al aire libre un par de horas al día, obtener tapones para el dolor de oídos y que se le dejara comprar seis botellas de agua a la semana, entre otros.
El juez Brian Cogan, encargado del caso y acorde con la posición restrictiva del gobierno, negó todas las solicitudes.
Si bien el juez acepta que “la conducta ha sido ejemplar”, eso no es motivo para modificar las condiciones de su encarcelamiento, especialmente cuando el riesgo de fuga sigue latente.
“Es plausible que el acusado pueda intentar recrear un intento de escape si se le presenta la oportunidad”, escribió Cogan.
El único espacio al aire libre del Metropolitan Correctional Center (MCC) de Manhattan es una terraza cubierta de vallas de alambre por la que, hace varias décadas, ya trataron de escapar otros presos, algo que el gobierno no quiere que vuelva a suceder y menos con una figura que escapó dos veces de cárceles mexicanas.
Los abogados de El Chapo volvieron a insistir en las condiciones “inhumanas” en las que está recluso y se burlaron del miedo de la fiscalía a que Guzmán pueda escapar de la cárcel de máxima seguridad, alegando que el capo no tiene poderes sobrenaturales para fugarse.
“No tiene visión especial”, dijo Mariel Colón, una de las integrantes del equipo de la defensa, en un documento entregado a la corte horas antes de conocer la decisión del juez, descartando el temor del gobierno sobre un posible plan de fuga de El Chapo por los tejados de Nueva York.
Para Colón, el miedo de la fiscalía a una fuga es además absurdo porque Guzmán no puede comunicarse con nadie fuera de su equipo de abogados.
Según Colón, El Chapo “no ha respirado aire fresco” en los más de dos años que lleva encarcelado, “ni ha estado expuesto a luz natural del día”; necesidades “humanas básicas” que, según la letrada, presentan “preocupaciones constitucionales que no pueden ser ignoradas”.