Indígenas brasileños buscan recursos para proteger sus tierras

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Indígenas brasileños buscan recursos para proteger sus tierras

La revolución de los NFT (non-fungible tokens) llegó al interior de la selva amazónica. Indígenas brasileños de la etnia Paiter Suruí están subastando varias obras de arte en este nuevo formato digital para recaudar fondos con los que proteger un área de más de 13.000 hectáreas de selva.

Las piezas de arte NFT son obras que incluyen un contrato digital blindado con tecnología blockchain que garantiza la propiedad y autenticidad. En el último año el mercado vivió un crecimiento exponencial y se estima que movió más de 3.000 millones de euros. El cacique de la tierra indígena Sete de Setembro, Almir Suruí, atento a este ‘boom’, tuvo la idea de apostar por esta tendencia para recaudar dinero.

“La idea es adquirir tecnologías, como drones, GPS, ordenadores para geoprocesamiento, y también identificar algunos proyectos para fortalecerlos financieramente. Tenemos proyectos de plantaciones de café, banana, cacao, castaña… y hasta de reforestación y recuperación de manantiales”, explicó Suruí en declaraciones al portal G1.

Las obras que se subastarán son de los propios artistas Paiter Suruí y de simpatizantes de la causa, como Paula Klien, Denilson Baniwa, Moara Tupinambá, Walelasoepilemãn Suruí, Renata Tupinambá o Marcos Vinícius Rego Barbosa, entre otros.

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Entre las obras hay fotografías, collages y videos. Algunas ya alcanzan un valor de más de 7.000 reales (1.200 euros) y se pueden adquirir a través de Internet. El 95% del valor recaudado irá para el proyecto de conservación.

Walelasoepilemãn Suruí es hija de Almir Suruí, tiene 23 años y es la primera indígena de esta etnia formada como fotógrafa profesional. Cedió algunas de sus imágenes para la subasta, como las que realizó en una visita a la comunidad indígena Uru-Eu-Wau-Wau, también en el estado de Rondônia.

“A pesar de que todos somos pueblos indígenas, a pesar de que yo soy indígena y ‘pariente’ [como se suelen referir a las etnias diferentes] las demandas de mi comunidad son diferentes de las demandas de otro pueblo. Ese intercambio cultural, de saberes, es muy importante”, destacó al explicar su trabajo.

Walelasoepilemãn, o simplemente Pí, como es más conocida, pertenece a una familia muy implicada en la salvaguarda de la comunidad y el medio ambiente. Su padre, el ideólogo de la subasta, es reconocido internacionalmente por haber denunciado a la Organización de Estados Americanos (OEA) la explotación ilegal de madera en las tierras indígenas, por defender los derechos de los indígenas no contactados y por luchar contra las centrales hidroeléctricas del río Madeira. Desde 2013, la ONU le reconoce como un ‘Héroe del bosque’.

Su hermana, Txai Suruí, también es activista y ganó notoriedad mundial al realizar un potente discurso de denuncia en la última conferencia del clima en Glasgow, la COP26.

El área que quieren proteger con el dinero recaudado en la subasta es la más vulnerable de un territorio que en total tiene 248.000 hectáreas protegidas, donde viven menos de 2.000 indígenas. Vigilar la inmensa región (cuatro veces el tamaño de la ciudad de Madrid) de las constantes invasiones de deforestadores y de la minería ilegal es una tarea titánica que requiere ayuda de la tecnología.

POR EL MUNDO