Por Excélsior
Este 8 de marzo el mundo recuerda la historia de Hachiko, un perro de raza akita que esperó a su amo por 10 años en la terminal del tren del distrito de Shibuya, en Japón.
El perro, que le mostró al mundo el valor de la amistad y la lealtad, nació el 10 de noviembre de 1923 en una granja cercana a la ciudad japonesa Odate. El animal pasó poco tiempo en ese lugar ya que los pobladores se lo obsequiaron a Eisaburo Ueno, un reconocido profesor de la Universidad de Tokio.
Desde el primer contacto, Hachiko se convirtió en el amigo inseparable de Ueno; tal era el apego del animal, que a diario acompañaba a su amo a la estación del tren. Cada tarde, cuando el profesor regresaba del trabajo, el perro lo esperaba siempre en el mismo lugar y a la misma hora.
Por dos años, el profesor y su perro realizaron la misma rutina hasta que la muerte los separó. Ueno falleció el 21 de mayo de 1925 debido a un paro cardiaco que sufrió mientras impartía sus clases.
Tras la muerte de su amo, Hachiko esperó al profesor cada tarde en la estación del tren. Los comerciantes de la zona y los empleados del ferrocarril que se dieron cuenta de la situación, trataron de hacerse cargo del animal; incluso, intentaron llevarlo a la casa de su amo, pero siempre regresaba al mismo lugar.
Después de 10 años de larga espera, el cansado animal no pudo más y murió la mañana del 8 de marzo de 1935.