Por Sin Embargo
Mediante esfuerzos internacionales el otrora Gobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Tomás Yarrington ha sido detenido en Italia, a casi dos meses de que se lleven a cabo las elecciones en el Estado de México. El padre Alejandro Solalinde apuntó que la corrupción permanece en un PRI que no se renovó.
La noticia de Yarrington no ha caído bien a un partido en plena lucha electoral. En diciembre pasado el ex mandatario estatal de Tamaulipas fue expulsado del PRI. Y suspendió al ex Gobernador de Quintana Roo Roberto Borge Angulo.
A penas el 12 de abril el Padre Solalinde tuiteó que cuatro de los cinco gobernadores corruptos han sido del PRI. En referencia a la crisis de Gobernadores prófugos y con procesos de justicia que afrontan ex funcionarios de este partido.
Sus críticas no han sentado bien a los políticos, piensa el padre. El 27 de marzo pasado, el Padre fue amenazado de muerte a través de un video.
A partir de entonces, el Padre ha sostenido al menos cinco reuniones con representantes del Gobierno federal para implementar medidas de seguridad.
Pero, sus críticas no han sido bien acogidas por el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, aseguró el padre, que mediante el titular de la Secretaría de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong intentó sobornarlo en el 2013.
Era abril de aquel año, de acuerdo con el relato del padre, cuando tuvo oportunidad de acercarse a Peña Nieto para exponer la crisis de los derechos humanos y los migrantes en México. La respuesta fue un redireccionamiento con Osorio Chong.
“Él [Peña] me dijo que íbamos a hablar con Miguel Ángel. Después, hablé con Osorio. Le comenté de derechos humanos, de lo que yo pensaba de la migración, y que hiciera algo para ayudar. Y en lugar de eso, me ofreció dinero. Y hay testigos de lo sucedido. Le dije: ‘Yo vine a hablarle de derechos humanos, de otra cosa, de los migrantes, no de dinero. A mí no me interesa’ ”, relató Solalinde del encuentro.
Solalinde asegura que no callará las injusticias, y en una entrevista con SinEmbargo habló de la crisis de corrupción en pleno desarrollo electoral.
— La caída del ex Gobernador Yarrington ha vuelto a poner los ojos en la corrupción. ¿No han caído ex gobernadores en México con miras a no afectar la imagen de los partidos en las elecciones de este y el próximo año?
— Es una situación inocultable. Insostenible. Ellos no pudieron prevenir que sus compañeros no reventaran los escándalos antes de las elecciones. Y les reventó. Están por dondequiera. Yo mandé un tuit, en el que decía que de cinco gobernadores corruptos, prófugos o encarcelados, cuatro son del PRI. E inmediatamente me contestaron algunos que me dedicara a lo mío, que no tenía por qué meterme en política. Cómo no me voy a meter si a Dios le interesa la vida del pueblo, cómo no meterme si hay víctimas de la violencia por todos lados, y cada vez vemos más en corrupción a los que antes decía Peña Nieto que eran el nuevo PRI.
— ¿El nuevo PRI ayudó a colocar a Peña de Presidente? Es decir, ¿desde los estados fue llevado al Gobierno Federal?
— Por supuesto, son lo mismo. Se presumía que él es el nuevo PRI, y ya vimos que es peor que el antiguo. Cómo quiera ya cumplió su ciclo y vimos que va hacia a la decadencia. Pero, los que me preocupan son los que están gobernando. De quienes estamos viendo cada vez más actos de corrupción. Además aquí la impunidad está asegurada. Si no es por la intervención de la justicia extranjera, ni siquiera supiéramos lo de Yarrington.
— Cuando cae un criminal se tema que pueda delatar a otros vinculados en las mismas actividades. ¿También pasa lo mismo cuando cae un político corrupto en México?
— Ciertamente hay temor de lo que pueda decir Yarringon, pero también hay temor de todos los que faltan. Sobre todo yo señalaría uno, que sí es muy peligroso para Enrique Peña Nieto, y es Javier Duarte de Ochoa. Yo estoy seguro que el Presidente sabrá perfectamente dónde está, pero hoy lo están protegiendo para que no hable. Porque le van a hacer muchas preguntas. Sabe donde hay tanto dinero de apoyo de las campañas. Sabe muchas cosas.
[NdeR: La entrevista a Solalinde se hizo unas horas antes de que se diera a conocer el arresto de Duarte].
— Entonces, ¿no hay muchas expectativas de que aparezca pronto?
— Ahorita lo van a mantener oculto, por lo menos hasta 2018. Pero si se llegase a descubrir su paradero gracias a la justicia extranjera, entonces sí sería el final para Peña Nieto de verdad.
— ¿Esa misma maquinaria priísta opera en la campaña del Estado de México?
— En el Estado de México estamos viendo que el nuevo PRI, el cual lideró Peña Nieto, presenta un rechazo total del pueblo hacia él. Y ahora no queda más que volver a lo mismo. ¿Quién es el mismo? Los dinosaurios de antes. En su misma casa y en su mismo jugo. No tienen opción. Ya no tienen de dónde sacar gente. Sólo está el nuevo PRI. Ya sólo les queda volver a los mismos viendo que son rechazados por la gente.
— Pero bajo el supuesto de que el PRI gane el Estado de México conservarán un bastión importante de cara al 2018. ¿Apuntan a financiar así las presidenciales?
— Sí, pero sería meter dinero bueno de malo. Porque el PRI ya no tiene posibilidades de ganar. Ya ni siquiera comprando todos los votos del mundo. Llegó un momento en el que va ser insostenible. Y creo que una prueba de ello va ser el Edomex. Ahí todavía tiene el PRI la posibilidad de comprar una cantidad enorme de votos. Lo que hasta ahorita ha intentado es eso. Pero, creo que no le va a dar resultado, porque cada vez la gente es más consiente. Entonces, el PRI no está poniendo mucho, está poniendo su resto, ya no le queda otra, es de vida o muerte. Y si el Edomex se pierde, pierde todo y para siempre, porque yo dudo mucho que vuelva a levantarse el PRI.
— El diario Reforma expuso que eran 500 millones de pesos en prebendas. ¿Realmente cree que pesan menos los objetos que se regalan a la gente?
— No están regalando nada, porque ese es dinero de su bolsa. Dinero robado al erario, dinero robado a los contribuyentes. El Gobierno no tiene dinero, administra el dinero del pueblo. Lo saca para comprar al pueblo, obtener un cheque en blanco y seguir viviendo del pueblo. Esa es la verdad. El PRI administra la pobreza, administra las víctimas, la desgracia, pero pienso que a partir del gasolinazo para acá mucha gente ha despertado. Va haber gente en las elecciones que no va a vender su conciencia y no va a dar un cheque en blanco para el futuro de México; y otros que van a recibirlo, pero finalmente van a votar por quien ellos quieran.
— El PAN ganó varias gubernaturas en los comicios del año pasado ofreciendo meter a la cárcel a los ex Gobernadores, pero no ha cumplido. ¿Es una promesa que rebasa la capacidad de los gobiernos estatales?
— No es que los rebase, es que también ahí tenemos un Padrés del PAN. Han demostrado que esa junta fatal con el PRI no les ha dejado nada bueno. El PAN, desgraciadamente, se ha aprianado. Ha perdido sus valores, principios y se ha hecho igual que el PRI, nada más que de color azul. Y es una pena porque el PAN tiene mucha gente valiosa, pero otra se ha tenido que salir porque no soporta la corrupción en su propio partido. Hay gente honesta, ahí tenemos un Javier Corral, o un Ruffo, que ellos han hecho autocrítica, han hecho un deslinde y han sido capaces de votar en contra de la bancada de su partido que se ha afiliado prácticamente al PRI.
— Ha repercutido esta alianza en al vida política del país…
— Yo digo que el PRI no hubiera hecho tanto daño a México sin la complicidad del PAN. Lo han hecho de la mano el PRI, PAN, Partido Verde. El PRD ya se está desmoronando. Ya sólo hay que tenerle respeto por lo que fue, un partido de izquierda pero acabó aprianándose, vendiéndose, y ahora tenemos el partido que tenemos.
— Lo han amenazado de muerte recientemente. ¿Quién lo amenaza y por qué?
— Yo quiero empezar por los más interesados en que a mí me pasara algo, porque sucede que ellos son los más afectados. Aquí con todo lo que yo estoy diciendo los más afectados son ciertamente el PRI Gobierno. Y por qué lo digo. No son sospechas. Los priistas son los que me han golpeado, me han metido dos veces a la cárcel, los que han querido quemarme, los que han querido hacer un clima de linchamientos. Yo yo no soy político, soy un misionero itinerante del reino de Dios y como tal debo denunciar la corrupción y la impunidad. Y sucede que debe haber un cambio en México. Yo nunca he sido de ningún partido, ni voy a serlo.
— ¿Apoya a Morena?
— Me le pegue al PRI, al PAN, para luchar por los derechos humanos. Pero, llegó el momento que me di cuenta que buscaban hacer daño mediante las reformas que no ayudaban nada a los migrantes. Entonces, tomé la decisión de apartarme. Y ahora me dicen que soy de Morena. Yo no tengo ninguna credencial de Morena, pero así como le hice la lucha al PAN, al PRI, y al PRD, y no dieron resultados, hoy quiero el cambio. Veremos si Morena cumple, y si no, seremos críticos, hipercríticos.