Francia utilizó el lunes 16 de diciembre barcos y aeronaves militares para acelerar el envío de rescatistas y suministros a Mayotte, después de que el pequeño territorio insular francés recibió el peor impacto de un ciclón en casi un siglo. Las autoridades temen que el meteoro haya dejado cientos, y posiblemente miles, de personas muertas.
Los sobrevivientes deambulaban por calles repletas de escombros en busca de agua y refugio después de que el ciclón Chido arrasó el sábado con vecindarios enteros de Mayotte, el territorio más pobre de Francia y la Unión Europea.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que declarará un período de luto nacional y que planea visitar el territorio en los próximos días “ante esta tragedia que nos ha sacudido a cada uno de nosotros”.
“Caos” es como el residente Fahar Abdoulhamidi describió las secuelas. En Mamoudzou, la capital, la destrucción fue total: escuelas, hospitales, restaurantes y oficinas quedaron en ruinas. Los techos quedaron desprendidos de las casas y las palmeras desgajadas por vientos de más de 220 km/h (136 mph), según el servicio meteorológico francés.
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“Mayotte está totalmente devastada”, dijo el ministro del Interior francés, Bruno Retailleau. Su ministerio estima que el 70% de la población resultó gravemente afectada.
Hasta el lunes por la noche, el ministerio había confirmado 21 decesos en hospitales, con 45 personas en estado crítico. Pero la ministra de Salud francesa, Geneviève Darrieussecq, ha advertido que cualquier estimación posiblemente esté muy por debajo de la cifra real, “comparado con la magnitud del desastre”.
Chido fue un ciclón de categoría 4, el segundo nivel más alto y el de mayor magnitud en alcanzar Mayotte desde la década de 1930, dijo el prefecto François-Xavier Bieuville, el principal funcionario del gobierno francés en el archipiélago.
Bieuville afirmó el domingo que el número de muertos era de varios cientos de personas y podría incluso llegar a los miles. Agregó, sin embargo, que sería extremadamente difícil contabilizar los decesos y posiblemente algunos no podrían quedar registrados nunca, en parte debido a la tradición musulmana de enterrar a las personas dentro de las 24 horas posteriores a su muerte.
Por “Milenio”