Por Redacción
Un trabajador de mantenimiento hizo un muy triste descubrimiento mientras investigaba el caso de una tubería rota dentro de un complejo de departamentos en Kansas.
Al abrir la puerta de uno de estos departamentos lo golpeó un horrible olor y después pudo ver en un rincón una pequeña jaula para perros en donde estaban dos cachorros de 7 meses.
El olor provenía de las heces y orina de los pequeños, quienes pese a que se veían angustiados, no hacían ningún ruido hasta que notó que no podían abrir la boca, por lo que encendió una linterna y pudieron ver que ambos tenían algo envuelto alrededor del hocico, que sus narices estaban rojas e hinchadas.
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Inseguro sobre qué hacer y sin querer dejar a los cachorros solos y aterrorizados, el trabajador llamó a un amigo que es recatista para saber que hacer.
Con oficiales de control animal, su amigo llegó y se sorprendieron al ver el estado de los cachorros, pues pensaron que se trataba de alambres alrededor de sus hocicos pero ya en la veterinaria pudieron ver que se trataba de ligas de goma.
El veterinario dijo que los cachorros tenían con ella entre 12 o 24 horas, después de cortarlas con mucho cuidado y dos oficiales conmovidos hasta las lágrimas con la escena.
“Escuchar los sonidos que hacían, los estábamos ayudando y haciendo lo correcto, pero la forma en que gritaron cuando esas bandas finalmente se soltaron y la sangre volvió a sus narices fue realmente desgarrador”, dijo el rescatista.
De haberlos dejado más tiempo, los cachorros pudieron sufrir daños importantes en los tejidos y hasta pérdida del olfato, fueron encontrados justo a tiempo.
