El combate a la pobreza se queda a un tercio de la meta

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A pesar de contar con 30 por ciento más de presupuesto con respecto al sexenio anterior, es decir, 798 mil millones de pesos, los programas sociales para superar la pobreza por parte de la Secretaría de Desarrollo Social se quedaron a un tercio de la meta trazada en algunas estrategias y, en otras, se registró un incremento de personas con carencias básicas.

La Cruzada Nacional contra el Hambre, creada en este gobierno con el objetivo de erradicar este mal entre 7.4 millones de personas de 400 municipios, básicamente indígenas, solo salieron de esa condición alrededor de 2.2 millones.

Sin embargo, en los anexos del sexto Informe de gobierno se establece un incremento de pobres: el presidente Enrique Peña Nieto recibió en 2012 a un país con 56.1 millones de personas con alguna carencia —ya sea alimentaria, sin acceso a la educación, a la salud, al vestido, seguridad social, casa con techo y servicios—, pero en 2016 (última fecha que reporta) la cifra se elevó a 59.3 millones.

La pobreza en México durante la administración de Peña Nieto aumentó y a las filas se sumaron de carencias básicas 3.2 millones de personas, conforme a los anexos avalados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Además se establece que en términos generales programas como Prospera, que alcanzó una cobertura de 34.1 millones de familias, distribuidas en 113 mil 586 localidades —de 2 mil 457 municipios y 16 alcaldías de las 32 entidades— tampoco logró su objetivo ya que 68.4 millones de mexicanos (seis de cada 10) están desprotegidas de seguridad social, de tener pensiones y derecho a una vida digna.

En total, 24.6 millones de personas no pueden acceder a la canasta básica alimentaria, ya que sus ingresos se encuentran por debajo de la línea del bienestar económico.

En 2012 una familia percibía en promedio mil 149.4 pesos mensuales y aunque en los anexos del Informe se carece de estadísticas de cada año, la cifra reconocida por el gobierno federal en 2014 refleja un ligero incremento de 28 pesos en el poder adquisitivo, al queda en mil 177.7 mensuales.

En 2017, a causa de la inflación de 6.77 por ciento, disminuyó el poder de compra en 2.5 por ciento. La tasa de ocupación en el sector informal en 2012 era de 27.9 por ciento y hacia 2018 llegó a 27.2 por ciento. Una situación que afecta la productividad de la economía de México. En 2017, 59.9 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 tienen empleos informales, en tanto que la población formalmente ocupada se desarrolla en situaciones de precariedad laboral, falta de seguridad social, incertidumbre sobre la duración del empleo, bajos ingresos y ausencia de prestaciones.

Las estrategias del gobierno federal fue distribuir, a través de Liconsa, leche fortificada de 5.50 pesos a 1 peso por litro, beneficiando a 53 mil 244 personas, en 616 municipios. Según el Informe presidencial, la pobreza en zonas urbanas y rurales se encuentra “en su mínimo histórico” en términos porcentuales, ya que en su recuento agrega el hecho de que se afilio y reafilió a las personas al Seguro Popular, implementando proyectos de saneamiento de agua, urbanización y vivienda, destinó recursos federales a infraestructura en zonas prioritarias, pero ninguno ha sido adecuadamente evaluado.

Por ello, en el Informe se detalla que las “seis carencias que mide el Coneval se encuentran en su mínimo histórico, destacando que entre 2012 y 2016, 6.2 millones de mexicanos accedieron a servicios de salud, 3.4 millones tienen acceso a seguridad social y 2.8 millones superaron la carencia por acceso a alimentación.

“Asimismo, más de un millón de personas dejaron las carencias de rezago educativo, servicios básicos y calidad, así como espacios de la vivienda”, se desglosa en el sexto Informe de Gobierno.