CADEREYTA, NL.- La violencia regresó a los centros penitenciarios de Nuevo León, al punto de que las autoridades tuvieron que hacer uso de la fuerza letal en el penal de Cadereyta para controlar los disturbios que dejaron un saldo parcial de 13 reos fallecidos y ocho heridos de gravedad.

El motín inició la noche del lunes al filo de las 23:30 horas y se extendió durante la mañana y tarde del martes.

Aunque en rueda de prensa, Manuel González, secretario General de Gobierno sólo hablaba de un fallecido, más tarde se corrigió la cifra y se reconoció que sumaban 13.

Aldo Fasci, vocero de Seguridad, ofreció una conferencia de prensa a las 20:00 horas; además de actualizar las cifras también reconoció el uso de fuerza letal.

“Se tuvo que tomar la determinación por parte de las fuerzas del orden de usar fuerza letal” para impedir que se asesinara a tres custodios que fueron secuestrados por los internos y también para evitar más muertes entre los mismos internos. Está justificado el uso de esta fuerza por el Código Penal”, sostuvo.

De los fallecidos, dijo que hay que esperar los resultados de las autopsias para determinar cuántos murieron a manos de las fuerzas del orden y cuantos por acción de los propios internos.

Se prevé que la cifra de muertos suba debido a que hay ocho heridos de gravedad, entre ellos, un elemento de la Fuerza Civil a quien le perforaron un pulmón.

“No están identificados aún las personas que perdieron la vida, se está haciendo un recuento”, indicó.

Fasci Zuazua enfatizó que “en este momento el centro penitenciario está resguardado, está en control”, aseguró.

Precisó que se cuenta con videos de todo lo que sucedió, lo que permitirá deslindar responsabilidades.

El uso de la fuerza letal fue compartido por Fuerza Civil, elementos federales y de la Agencia Estatal de Investigaciones.

Hay más lesionados además de los ocho que están graves, los que aún no han sido contabilizados, pero que presentan heridas que no ponen en riesgo su vida.

Los disturbios comenzaron con un grupo integrado por 40 personas que iniciaron una protesta que se controló en la noche, pero por la mañana iniciaron una trifulca.

En esa acción fue donde perdió la vida un interno, quien no había sido localizado porque fue incinerado.

Luego comenzó un diálogo para rescatar a tres custodios que fueron retenidos, pero sin éxito, por lo que ingresó la Fuerza Civil, primero con armas no letales y posteriormente se aumentó la intensidad de las acciones.

Desde el exterior podían verse columnas de humo negro, debido a que los internos quemaron colchones en el área de túnel de ingreso y también en los ambulatorios.

Algunos reos subieron a las azoteas y desplegaron mantas en rechazo a grupos de la delincuencia organizada.

A su llegada, el procurador de Justicia estatal, Bernardo González Garza, se enfrentó al enojo de las mujeres y familiares de internos que lo agredieron verbalmente y a empujones. El funcionario alcanzó a cruzar la valla que formaron las personas e ingresó al inmueble.

La molestia de los familiares de los reos fue porque no les proporcionaban información y bloquearon el acceso principal, entorpeciendo el ingreso y salida de vehículos.

La presencia de una unidad del Semefo alteró más a los presentes. Mientras adentro seguían las columnas de humo y detonaciones que se prolongaron por 40 minutos.

Los helicópteros comenzaron a sobrevolar el Penal y unos 500 elementos de distintas corporaciones retomaron el control.