
El suicidio de Jill Messick ha colocado a la actriz Rose McGowan en una posición muy incómoda. Las dos mujeres trabajaron juntas durante la primera etapa de la carrera de la actriz, incluido 1997, el año en que la segunda sostiene haber sido víctima de una violación a manos de Harvey Weinstein a su paso por el Festival de Cine de Sundance.
La familia de Jill Messick, que padecía problemas de depresión desde hacía tiempo, no ha dudado en responsabilizar en parte a la actriz por el fallecimiento de su antigua mánager, alegando que la sobreexposición mediática a la que se había visto sometida la ejecutiva en los últimos días -en el marco de la batalla entre McGowan y Weinstein- y el daño que había sufrido su reputación fueron demasiado para ella.
Jill Messick era madre de dos niños, una esposa y compañera cariñosa, una amiga muy querida para muchos y una trabajadora muy inteligente. También era una superviviente, librando en secreto durante años una batalla contra la depresión, que había sido su mayor némesis. Hoy no consiguió sobrevivir. Jill se ha quitado la vida”, inicia un largo comunicado público emitido por su familia.
Ver su nombre una y otra vez en los titulares, como parte de los intentos de una persona de ganar notoriedad para su cruzada personal, sumado a los intentos desesperados de Weinstein por justificarse, acabó sobrepasándola. Le destrozó, justo ahora que estaba encarrilando su vida”.
Respecto a las declaraciones de Rose McGowan en las que incluía a su antigua mánager, para dar a entender que no había recibido todo el apoyo que esperaba por su parte tras relatarle la agresión que había sufrido a manos del productor, la familia de Jill Messick insiste en que la estrella ha cometido una gran imprudencia al hacer insinuaciones y acusaciones “poco exactas”.
Todo lo que ella sabía era que el asunto había quedado cerrado y que Rose seguía haciendo películas con los Weinstein. Nunca conoció más detalles al respecto, hasta que Rose decidió hacerlos públicos”.
Por su parte, Harvey Weinstein -en un intento por desacreditar a McGowan- no dudó en hacer público un correo electrónico de Jill Messick en el que esta reconocía que su entonces cliente le había confesado haberse metido en un jacuzzi junto a Harvey Weinstein, y que lo hizo libremente, “aunque en retrospectiva era algo que se arrepentía de haber hecho”.
Para concluir, la familia de Jill Messick ha querido recordar a toda la industria, en un momento de cambio marcado por el final de la política de encubrimiento de abusos y acoso, que las “palabras tienen poder” y deben ser empleadas de manera responsable.
Mientras tratamos de arrojar luz a las esquinas más oscuras en busca de verdaderas ocultas, debemos recordar que lo que decimos, especialmente frente a los medios, puede tener un impacto mayor incluso que nuestros actos. Debemos exigirnos más, a nosotros mismos y a los demás. Debemos pararnos a considerar las ramificaciones y consecuencias de nuestras declaraciones. La vida de alguien puede depender de ello”.
La disculpa Weinstein por la amenaza de “romperle las rodillas” a Salma Hayek

Desde su retiro en una clínica de rehabilitación de Arizona para lidiar con sus supuestos problemas adicción al sexo, Harvey Weinstein ha roto su silencio para responder a las acusaciones realizadas contra su persona por Salma Hayek, quien hace meses ya relataba el calvario que vivió rodando la película ‘Frida’ con la productora Miramax de los hermanos Weinstein, para insistir en que sus diferencias creativas fueron principalmente con la directora Julie Taymor.
Aun así, el antes poderoso empresario ha querido disculparse con la intérprete mexicana, a través de su portavoz, por cualquier comportamiento “grosero” que ella se hubiera visto obligada a soportar.
Como sucede en cualquier proceso de colaboración, en ‘Frida’ hubo ciertas diferencias creativas y, en todo caso, estas ayudaron a perfeccionar el proyecto. No resultó un proceso sencillo y el señor Weinstein se disculpa por la forma en que pudo abordar la situación. Espera que todos los involucrados puedan al menos estar de acuerdo en que la película acabó siendo maravillosa”, inicia el comunicado emitido por el representante legal de Weinstein, en el que ha pedido perdón por su reacción durante una de las proyecciones iniciales de la cinta, alegando que ese montaje le resultó muy decepcionante.
En unas declaraciones más recientes, Salma explicó a detalle a Oprah Winfrey cómo el productor había amenazado con “matarla y romperle las rodillas”, después de que el rechazo constante de la actriz ante sus proposiciones de naturaleza sexual lo enfurecieran.
En cualquier caso, su conflicto era con Julie Taymor, no con la señora Hayek. Él nunca discutió con la señora Hayek en el set y ese comentario no refleja sus sentimientos hacia ella. Y no recuerda haberle dicho algo tan terrible”, apunta.
Respecto al comportamiento supuestamente inapropiado que habría desplegado en presencia de la intérprete, Weinstein ha contraatacado con ‘pruebas’ de la estrecha relación que ambos habrían seguido manteniendo tras concluir su trabajo en ‘Frida’ y que chocaría con el desprecio y miedo que Salma aseguraba sentir contra la persona a la que ha definido como “su monstruo”.
“A lo largo de los últimos veinte años, tras el éxito de la película, las hijas de la señora Hayek y el señor Weinstein han jugado juntas en muchas ocasiones y sus respectivas familias han pasado tiempo juntas cuando han coincidido durante sus vacaciones, y los dos han compartido cenas en las que discutieron posibles proyectos y colaboraciones, como que el señor Weinstein distribuyera la película ‘Evelyn’ de Salma Hayek o una oferta para que ella participara junto a Penélope Cruz en una cinta sobre una dictadura en Sudamérica titulada ‘The Lives of Others'”, afirma.
Con información de Bang Showbiz.
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