Cuáles son las partes erógenas que vuelven locos a los hombres

Por Soy Carmín

Durante la intimidad hay tres preguntas clave, que todos deberíamos poner en práctica, aplica tanto para hombres como para mujeres: el cómo, cuándo y en dónde, de ahí podemos conocer gustos y preferencias. Sin embargo, hay zonas clave, ¿alguna vez te has preguntado cuáles son las partes erógenas que vuelven locos a los hombres?

Hay partes del cuerpo que permiten que el hombre perciba los estímulo de forma más placentera. Se requiere una conexión física y mental, en la que ambos se sientan cómodos como para expresar sus fantasías más profundas y sentimientos íntimos.

Para empezar, tienes que saber que el placer masculino no se centra exclusivamente en la zona genital, hay otras zonas erógenas que aumentan la temperatura y vuelven el juego previo más excitante. Desde luego, estamos hablando de un montón de terminaciones nerviosas, que lo harán perder el control.

El miembro. Es claro, que en el miembro se encuentran al menos 4 mil terminaciones nerviosas, que no se comparan con las 8 mil que hay en el clítoris. Sin embargo, en el frenillo, es la parte más sensible, al ser estimulado el hombre se vuelve loco.

El escroto. Como ves, es indispensable que identifiques muy bien las partes de los genitales masculinos. El escoto es lo que aparenta ser una bolsa de piel, es decir, en la capa que cubre los testículos. El escroto es muy sensible. Sin embargo, hay una línea que atraviesa desde los testículos hasta el miembro, es el rafe, es aún más sensible.

El perineo. Ahora, seguimos con el perineo, esta zona es la que inicia desde el escroto hasta el recto. Está comprobado que bien estimulado, el hombre puede alcanzar una excitación imparable.

Los muslos. Sí, los hombres también disfrutan de caricias, apretones y masajes en la zona de los muslos. Una buena técnica para iniciar por ahí y terminar en la zona genital.

Finalmente, no olvides echar a volar tu creatividad en el juego previo, aquí se valen las caricias, besos, susurros, lamer, besar y todo lo que se te ocurra para encender la llama del erotismo. Toma en cuenta también zonas como las orejas, el cuello y la nuca. ¡Lo volverás loco!