Por Enfemenino

Desgraciadamente muy a menudo escuchamos en las noticias sobrecogedores casos de acoso escolar, también conocido como bullying. Uno de los últimos casos ha sido el del pequeño Diego que tras la misiva de “No aguanto ir al colegio”, acabo con su vida. Los conflictos en el aula son algo natural: pequeñas discusiones, diferencias de intereses o disrupciones en clase. Son responsabilidad de toda la sociedad, que éstas no lleguen más lejos, a través no sólo de la detección de posibles situaciones de riesgo sino desde la prevención de las mismas. Siendo así la educación un pilar fundamental y una herramienta fundamental para la lucha del acoso escolar.

¿Qué es exactamente el acoso escolar?

El acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares.

Los tipos de acoso escolar que podemos encontrarnos son: físico, psicológico, verbal, sexual, social y ciberbullying. En el acoso psicológico es la forma más sutil, pero igualmente dañina de la violencia escolar. A la víctima no se le deja participar en juegos o en actividades sociales conjuntas, aislándole de manera activa.

¿Qué debe de ponernos en alerta?

Los cambios de comportamiento en nuestro hijo. Éstos no suelen ser de la noche a la mañana sino que se producen de manera paulatina. También podemos llegar a confundirlos con los cambios propios de la adolescencia. Sin embargo, y de manera alarmante, el niño empieza a rehusar ir al colegio y se pone nervioso cuando tiene que hacerlo. Intenta faltar con excusas y le crea ansiedad simplemente hablar de temas relacionados con él. Algunos de los síntomas son:

– Bajada brusca de rendimiento escolar.

– Cambios de humor, tristeza y abatimiento.

– Ataques de cólera sin aparente causa.

– Alteraciones del sueño y apetito.

– Dificultad en la atención.

– Aislamiento social, ya no quiere jugar con sus amigos ni muestra interés por las relaciones sociales con sus iguales. Muestra timidez e inseguridad.

¿Qué hacer ante la sospecha de que nuestro hijo pudiese estar sufriendo acoso escolar?

Deberemos sentarnos a hablar con nuestro hijo, intentando mantener un dialogo y una comunicación abierta.

Debemos mostrarle nuestro cariño incondicional, comprensión y apoyo. No debemos presionarle ni enfadarnos con él porque le cueste contarlo.

No restemos importancia, el acoso escolar “NO es cosa de niños”, trivializar no es beneficioso y nos convierte en cómplices. Si a nuestro hijo le cuesta mucho expresar con palabras lo ocurrido, podemos proponerle para que sea más sencillo para él que lo haga por escrito. Una vez confirmadas nuestras sospechas, reforcemos a nuestro hijo el esfuerzo por haberlo contado, para él es una situación difícil y dura de expresar.

Asimismo, deberemos ponernos en contacto inmediatamente con el colegio, podrán darnos más información, siendo además imperante su intervención. Independientemente de los protocolos de actuación del centro ante estas situaciones deberemos acudir con nuestro hijo a un especialista que valore su estado emocional y le ofrezca el apoyo psicológico necesario.

¿Cómo prevenir el acoso escolar desde la familia?

Debemos enseñar a nuestro hijo a hacer frente a este problema. El acoso escolar es un proceso gradual, lo que empiezan con pequeñas risas puede acabar en algo mayor. Eduquemos a nuestro hijo en el respeto, no sólo hacia los demás sino en el respeto hacia sí mismo.

Hay que hablar en casa del acoso escolar, cómo ocurre y por qué. Que sepa que si en algún momento, tu hijo se ve en esta situación debe acudir a ti con total confianza. Por este motivo, debemos mantener el contacto con el colegio así como una relación fluida con el centro, para que nos ayudará a detectar cualquier cambio o situación alarmante.

Y no olvidemos que la prevención debe estar dirigida también a evitar que nuestro hijo sea el acosador. La educación debe estar basada siempre en el respeto a los demás y serles un ejemplo para que aprendan a saber manejar el conflicto desde el diálogo y la no violencia.