Por BBC

¿Cómo se compara tu memoria con una búsqueda en internet?

¿Injusto comparar?

Aunque no siempre lo parezca, los científicos recientemente calcularon que tu cerebro puede guardar toda la información que puede consultarse en internet.

 

 

¿Difícil de creer?

Pues veamos cómo llegaron a esa conclusión.

Empezaron por el hipocampo, la región del cerebro en la que se forman las memorias.

 

 

Las memorias nuevas se forman cuando una célula cerebral o neurona envía un mensaje a otra neurona a través de una pequeña brecha llamada sinapsis (del griego σύναψις [sýnapsis], ‘unión’, ‘enlace’).

Las sinapsis son como voces con las que las neuronas se comunican entre sí.

Esas voces tienen distintos volúmenes: algunas son susurros o balbuceos, otras son gritonas y charlatanas.

Entre más altas y activa sea la voz, más fuerte será la capacidad que tienen de almacenar memorias.

Pero eso no significa que lo que dicen las más calladas se quede en el olvido.

Los científicos han identificado 26 voces o fuerzas sinápticas distintivas.

Cada una tiene el equivalente de 4,7 bits de computador y si las sumas te da una memoria tan grande como la que usa la web que consultamos: 1 petabyte, es decir…

Pero… si nuestros cerebros son tan brillantes, ¿por qué se nos olvida que teníamos una cita para cenar o cuál de las hermanas Brönte escribió “Jane Eyre” o dónde dejamos las llaves?

 

 

Nuestro cerebro está lleno de mucha más información que sólo hechos y números.

Memorias muy sofisticadas y subconscientes que nos permiten…

Miles de cosas que hacemos sin pensar y que no consideramos ninguna hazaña.

De hecho, el advenimiento de las computadoras y el deseo de hacer robots que funcionen casi como humanos ha resaltado cuán difícil es hacer todo lo que hacemos incluso cuando no estamos haciendo nada.

Así que la próxima vez que estés tratando de recordar algún dato pero te elude, consuélate con saber que tu cerebro es mucho más que un catálogo de trivialidades o un banco de datos.

Tu cerebro es todo lo que tú eres.

Antes de irnos, ¿a qué hora pisó Armstrong la Luna?

¡Nooo! ¡Te lo acabamos de decir!