Columna Rutinas y quimeras

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Cerca del mar del Norte

Por Clara García Sáenz

A Holanda se le conoce con el nombre de Países Bajos porque gran parte de su territorio está abajo del nivel del mar; el problema mayor que tenían sus habitantes era que no sólo el territorio era pequeño, sino también estaba rodeado de agua, así que no sólo lograron construir las mejores flotas marítimas de Europa sino también fabricar grandes diques que pudieran contener el agua, de tal forma que le ganaron terreno al mar con técnicas milenarias para ampliar su  tierra firme y volverla cultivable controlando las aguas que los rodean.

Grandes extensiones de pastos verdes se pueden admirar en sus campos y vacas holandesas que producen los quesos más sabrosos del mundo. Marken y Volendam son dos pueblos muy peculiares que antiguamente eran habitados por pescadores, donde hasta la fecha se conservan tradiciones centenarias que van desde el vestido hasta la lengua y que por estar rodeados de agua, prácticamente vivieron aislados durante siglos del resto del mundo, el primero actualmente es habitado por personas mayores que se han retirado y buscan una vida tranquila, ahí se vende arenque, un pescado muy típico de Holanda que se come crudo, solo acompañado de cebolla y que tiene un sabor intenso pero muy peculiar.

En el otro pueblo se producen quesos y otros derivados lácteos, muchos de ellos elaborados en forma tradicional y que según se dice, ahí se inventó el tan demandado queso gauda; existe también una fábrica de zuecos, esos zapatos de madera que usan con el traje típico holandés; la madera con que están hechos tiene una propiedad particular,  que en el contacto con la humedad se reblandece haciéndose flexibles, volviéndose cómodos porque se adecuan al pie y resistentes porque difícilmente se rompen. Los cuales durante muchos siglos fueron ideales para trabajar en los campos holandeses que contienen gran cantidad de humedad.

Se cuenta que el tesoro nacional está guardado en barras de oro en el subsuelo, mismo que está protegido por el agua que se encuentra debajo de tierra firme como una forma de evitar fácilmente su saqueo. Como es un país plano, es decir no tiene colinas ni montañas, cuando empezó la crisis del petróleo en los años 70 del siglo pasado, el gobierno holandés consideró la posibilidad de generar energía de otra forma y regaló una gran cantidad de bicicletas a sus ciudadanos para inhibir el uso del coche, por eso actualmente en Holanda hay más bicicletas que habitantes y gran parte de su infraestructura como calles y estacionamientos están diseñados para la circulación de éstas.

Los holandeses son también líderes mundiales en energía eólica, construcción de puentes y diques, haciendo de todas sus debilidades, grandes fortalezas que les permiten vivir con altos niveles de calidad de vida, aunque no escapan a los problemas de las pensiones mal pagadas y el aumento de años para jubilarse, puesto que al vivir más, se vuelven más costosos para el Estado.

En el centro de Ámsterdam, un templo católico de hermosa fachada, cerrado en domingo, tiene un letrero que dice “misa, los domingos a las 12 del día” y es que más que ser un país protestante como lo cuenta su historia, donde los seguidores de Calvino llamados “hugonotes”, buscarán refugió en el siglo XVII; Holanda cada día es un país más secular, donde muchas acciones que la moral cristiana prohíbe, son permitidas. Email: claragsanez@gmail.com