Por Pbro. Marco Antonio Meza-Flores

Teólogo y psicólogo clínico

La semana pasada vimos los primeros dos pasos de una “buena pelea”, porque no debemos olvidar que pelear no es “malo”, al contrario, si sabemos hacerlo, podemos encontrar riquezas dentro de la pareja que posiblemente no vimos. La idea es “estar de acuerdo” para un bien común; qué es, poder caminar mejor con la persona que tenemos a un lado y llamamos “pareja.

En el escrito pasado vimos los dos primeros pasos y analizamos qué 1. Hay que definir; 2. Hay que saber escoger los tiempos, hoy veamos otros pasos:

3.- Elijan un lugar adecuado: Tonto es querer pelear en su cuarto, ese es un nido de amor, o debe serlo, deben escoger un lugar de casa donde sepan que no serán molestados ni molestarán a alguien.

Si no hay un lugar para discutir el problema en casa, entonces un buen café (aparte que es neutral) puede ayudarles a salir en la discusión. Menciono la idea de un café porque es neutral, ahí no hay territorios, ni posiciones, ni quién manda en casa, es completamente neutral, así ninguno podrá tirarse en su trinchera y atacar.

4.- Escucharse uno a otro: Muchas de las personas no escuchan para escuchar, escuchan para contestar. Por lo tanto, deben aprender a ESCUCHAR. Muchos no lo hacen, leen o decodifican el mensaje, he aprendido a decir las cosas tal y como las pienso, esto no quiere decir estar en lo correcto, pero al menos no dejo que me decodifiquen, es decir, cuando digo: “no quiero estar contigo”, significa, “no quiero estar contigo” y digo “no estar contigo”, algunos decodificarían, “está enojado”, pero, la realidad es clara, no quiero estar contigo.

Cuando uno escucha entonces activa sus sentidos, no sólo uno, sino todos. Cuando uno grita, abre un abismo con la otra persona, y además, ofrece una pequeña satisfacción que después se convierte en dolor.

Debemos aprender a escuchar aunque estemos enojados; debemos aprender a otorgarle a la otra persona la opción de expresar lo que siente.

5.- No históricos: No se vale hurgar el pasado, sobre todo si se supone ya se arregló el asunto. Relatar el pasado sólo abre heridas, recordar las faltas u omisiones hacen la pelea un obstáculo y no lleva a la solución.

Los históricos por lo general buscan historias pasadas que no han resuelto ellos, y por eso, no debemos dejar a las malas historias salir otra vez a la luz, esto oscurece el sentido de la discusión, y nos pierde en un bosque profundo.

Los históricos tienden a tomar sólo parte de las discusiones a su antojo, y las repiten sin ton ni son. Un ejemplo podría ser que él le diga a ella “me dijiste el otro día inútil”, y eso soy para ti, un inútil. Ella responde, ¡no! Te dije: “No eres un inútil, no te comportes como tal”, porque no pudiste tirar la basura, pero sólo fue en esa ocasión, no en esta. El histórico tomará “soy un inútil para ella” como bandera para defenderse. ¡Evita hacerlo!

Camina conmigo, aprende a ser pareja y sé más feliz, si no lo eres, entonces comienza a serlo.